La nueva ordenanza ha sido distribuida en los últimos días por efectivos de seguridad del Ministerio del Interior bajo el gobierno islamista, que las han hecho llegar a los propietarios de los establecimientos de ocio en la franja palestina.
El portavoz del Ejecutivo de Hamás, Taher a-Nunu, defendió la prohibición al explicar que se trata de una medida que no está destinada a “islamizar” Gaza, sino a “restaurar la tradición”.
A su entender, “para una mujer palestina es una vergüenza que la vean fumando shisha (pipa de agua en árabe) en público”.
A los propietarios de restaurantes y cafeterías se les ha obligado a firmar un documento en el que se comprometen a no ofrecer pipas de agua a mujeres.