Un fuerte dispositivo de fuerzas de la policía antidisturbios actuó de manera rápida y dispersó a los manifestantes con el lanzamiento de gases lacrimógenos, aunque los jóvenes lograron esconderse por las calles aledañas a la sede del ministerio, en donde los agentes practicaron algunas detenciones.
Desde ese momento se oyeron disparos esporádicos de fusil y el centro de la capital quedó bajo el control de la Policía y la Guardia Nacional tunecinas, que impidieron también el tráfico de vehículos particulares.
Los incidentes han provocado el cierre de todos los comercios y demás establecimientos públicos en un perímetro de dos kilómetros a la redonda e igualmente ha quedado interrumpido el libre tránsito de los viandantes por la zona.
Esta es la segunda vez en menos de 24 horas que jóvenes manifestantes intentan asaltar la sede del Ministerio del Interior, situada en plena avenida Habib Burguiba, la principal arteria de la capital tunecina.
"Este empeño en atacar la sede del Interior no es normal", según manifestaron a Efe varios ciudadanos que aludieron a la posibilidad de "una manipulación de estos jóvenes por parte de sectores que tienen interés en generar desestabilización."
Las fuentes argumentaron que "llama la atención la extrema juventud de los manifestantes que no llegan a la adolescencia. Hay alumnos de primaria de 12 años de edad y otros de apenas veinte", y se interrogan "si son conscientes de lo que significa la responsabilidad de una transición política".
En contraste, las fuentes señalan la manifestación pacífica que desarrollan por sexto día consecutivo jóvenes representantes de 24 provincias tunecinas en la Plaza del Gobierno para pedir la caída del gobierno de transición que encabeza el primer ministro, Mohamed Ghanuchi.
Muchos jóvenes hoy en el centro coreaban "Allahu Akbar" (Dios es Grande) en vez de "Ghanuchi fuera", lo que podría indicar, según algunos observadores, que los manifestantes concentrados en la Plaza del Gobierno (situada en la "Casbah" de Túnez) y los del centro de la capital están dirigidos por líneas diferentes.
Por otra parte, los enfrentamientos del viernes entre los manifestantes y las fuerzas del orden provocaron la muerte de un joven de 22 años por herida de bala, presumiblemente disparada por la policía, así como siete heridos por bala y otros veintiuno por golpes e inhalación masiva de gases lacrimógenos.
Por su parte, el Ministerio tunecino del Interior exhortó hoy a las familias con hijos en edad escolar y universitaria a que no les permitan sumarse a las manifestaciones que se están desarrollando desde anoche en la capital del país y cuyos protagonistas son en su gran mayoría jóvenes.
En un comunicado difundido hoy, el Ministerio del Interior pide a los padres de los jóvenes que les impidan participar "en actos de vandalismo" y les convenzan para que regresen a sus escuelas y universidades "y evitar así que sean utilizados como escudos humanos por los instigadores de estos actos".
En la nota, Interior apela a los padres "a asumir su responsabilidad en esta coyuntura excepcional y difícil y a no implicar a sus hijos en problemas, por bienintencionados que sean sus motivos".
El tráfico permanece cortado en la zona central de la capital tunecina, cuyos comercios igualmente han cerrado las puertas, y por la que sólo circulan vehículos de la policía.
Las fuerzas antidisturbios han desplegado un importante dispositivo de seguridad en toda la zona adyacente al Ministerio del Interior para evitar nuevas concentraciones.
Durante los enfrentamientos de anoche los manifestantes incendiaron la sede del Ministerio de Turismo, situado enfrente del de Interior, y quemaron diversos contenedores de basuras y mobiliario urbano.