El presidente de la Comisión Siria de Derechos Humanos, Walid Safur, dijo al canal de televisión catarí Al Yazira que "las fuerzas de seguridad entraron en algunas zonas de Banias, lo que da a esta acción un carácter sectario".
Safur no especificó en que parte de la ciudad -situada al sur de Latakia- habían irrumpido las fuerzas del orden, pero otras fuentes opositores apuntaron que se trata de los barrios suníes.
La mayoría de la población siria es suní, pero el régimen está copado por la minoría alauí (una rama del chiísmo), a la que pertenece la familia Al Asad.
Las protestas políticas, que comenzaron a mediados del pasado marzo, han reavivado las tensiones sectarias por primera vez en décadas en Siria, donde existen también importantes minorías cristiana y kurda.
Safur, cuya organización tiene sede en Londres, explicó también que las fuerzas de seguridad cortaron las comunicaciones, la electricidad y el agua en Banias.
Esta acción recuerda a lo ocurrido en la ciudad meridional de Deraa, cerca de la frontera con Jordania y sitiada por el Ejército desde el pasado 25 de abril.
La red opositora "Sham" informó este sábado de que hay tanques y miembros de las fuerzas de seguridad en las calles tanto de la ciudad de Deraa como de otras zonas de esta provincia, epicentro de la revuelta contra el régimen sirio.
En Deraa, las comunicaciones telefónicas y la conexión a internet están cortadas desde hace días y sus habitantes denuncian una situación insostenible agravada por la falta de alimentos y de medicinas.
Aunque hace dos días una fuente militar dijo que las tropas habían comenzado una retirada gradual de la ciudad, los activistas de la oposición denuncian que continúan en Deraa numerosos efectivos del Ejército.
El nuevo despliegue de tropas se produce un día después de que decenas de miles de personas salieran a la calle para pedir la caída de Al Asad en una jornada bautizada "Viernes del desafío".
Ayer, la represión de las fuerzas del orden contra los manifestantes se cobró al menos una treintena de víctimas en las ciudades de Homs y Hama, al norte de Damasco, aunque todavía los grupos opositores y de derechos humanos no han hecho pública la cifra definitiva.
