A ochocientos metros de la línea de meta del Gran Premio de Brasil, el local Felipe Massa (Ferrari) había ganado la prueba y era campeón del mundo, porque Hamilton, que tenía que ser quinto para ganar el título, marchaba en sexta posición bajo la lluvia.
Al final, a falta de esos 800 metros, adelantaba al alemán Timo Glock (Toyota), que con neumáticos de seco a duras penas podía mantener el coche en la pista, ascendía a la quinta posición y la celebración del título en los garajes de Ferrari se convertía en un duelo, mientras Hamilton cruzaba la meta sin saber si era campeón del mundo o no.
Si en la temporada anterior había sido Mclaren la que había hecho perder el título mundial a Fernando Alonso por apostar al final por Hamilton y lo ganó el finlandés Kimi Raikkonen (Ferrari), este año ha sido Ferrari, con su falta de fiabilidad y otros errores, la que propiciaba el título de Hamilton.
El Gran Premio de Singapur, primera carrera nocturna en la historia de la Fórmula 1, iba a resultar decisiva en la adjudicación del mundial y en el resurgir de Fernando Alonso.
Después de poco mas de un año sin lograr la victoria, con un R28 mediocre en la primera mitad de la temporada, reapareció Alonso, que, ayudado por la suerte que le había dado la espalda en muchas ocasiones, logró una victoria historia bajo los focos de Singapur.
Repetía victoria Alonso en Japón, finalizaba quinto del mundial, y en la segunda mitad de la temporada fue el tercer piloto que sumó mas puntos, dos menos que Hamilton y uno menos que Massa. La evolución del R28 había llegado muy tarde para luchar por el título.
Las roturas de motor en Australia y Hungría, esta última a dos vueltas del final cuando lideraba cómodamente la prueba, así como el incidente de Singapur, cuando también encabezaba la prueba y arrancó la manguera de la gasolina paseándola por la calle de garajes y se encendió inopinadamente el semáforo verde del equipo antes de que finalizara la operación, le costaron finalmente el título a Massa.
En la pasada temporada tres pilotos lograron su primera victoria en un Gran Premio, la más espectacular de todas ellas la del alemán Sebastian Vettel, que arrebataba a Alonso el privilegio de ser el más joven vencedor, daba a Toro-Rosso (antigua Minardi) su primera victoria y todo ello en el Gran Premio de Italia.
El polaco Robert Kubica (BMW), que estuvo luchando por el título hasta la penúltima prueba del Mundial, logró la victoria en el Gran Premio de Canadá, donde el año anterior había sufrido un aparatoso accidente del que salió milagrosamente ileso, y el finlandés Heikki Kovalainen (Mclaren-Mercedes) lograba una afortunada victoria en Hungría, tras heredar el primer puesto de Massa a dos vueltas del final.
La crisis económica ha hecho mella en la Fórmula 1 y tras el Gran Premio de España desaparecía la escudería Super-Aguri, ya que Honda se negó a seguir apoyándola, y a primeros del mes de noviembre fue la propia casa nipona la que anunciaba su retirada, tras un desastroso Mundial en el que finalizó en penúltimo lugar, solo por delante de Force India.