"No podemos ignorar las voces que salen del pueblo. Daremos soluciones reales, no cambios cosméticos", dijo al inicio de la reunión semanal del gabinete, según la transcripción de sus palabras difundida por su oficina.
En una intervención más larga de lo habitual, Netanyahu insistió en la seriedad de su intención de promover cambios "reales" que permitan a la población beneficiarse del crecimiento económico, pero también en la imposibilidad de "responder a todas las demandas", la dificultad de "construir una economía" y el contexto de crisis global.
"Escucharemos a todos. No podremos contentar a todos, pero mantendremos un verdadero diálogo", aclaró quien el pasado miércoles tildó de populista al movimiento reivindicativo.
Netanyahu apuntó los cuatro ámbitos en los que el equipo debe centrar su trabajo: cambiar el orden de prioridades, la política impositiva, el aumento del acceso a los servicios sociales y la mejora de la competencia y de la eficiencia de los mercados.
El comité, cuya formación había sido anunciada en la anterior reunión semanal del Ejecutivo, contará con quince ministros y estará liderado por el académico Manuel Trachtenberg, presidente del Comité de Presupuesto y Planificación del Consejo de Educación Superior.
Trachtenberg reconoció que asume el cargo con "sentimientos encontrados": un "gran entusiasmo por lograr un cambio real", de un lado y, del otro, una "gran preocupación ante la gran responsabilidad que esta tarea implica, el alcance de las expectativas y los riesgos".
El cometido del equipo es lanzar un "mesa redonda" de debate de los asuntos abordados por los "indignados", que se quejan de la carestía de la vida y reunieron anoche a 300.000 personas en la mayor marcha de la historia de Israel no vinculada al conflicto de Oriente Medio.
Inspirada en la española, la protesta comenzó el pasado día 14 con una acampada en Tel Aviv por los precios de la vivienda y ha ido ganando seguimiento y sectores de población.
Los "indignados" quieren una enmienda a la ley de edificación que obligue a los contratistas a construir "viviendas asequibles", una reducción gradual de los impuestos indirectos, la revaluación de los procesos de privatización en proceso y un aumento del salario mínimo interprofesional a la mitad del salario medio, actualmente 8.698 shekels (1.766 euros o 2,542 dólares).
También demandan un incremento de los inspectores de trabajo, bomberos, policías, profesores y trabajadores sociales y una reducción del número de alumnos por aula.
La nueva comisión presentará sus recomendaciones dentro de un mes al gabinete económico-social, que preside el titular de Finanzas, Yuval Steinitz, quien a su vez propondrá soluciones que presentará a Netanyahu y al conjunto del Gobierno.
Dos ministros del partido derechista Likud, que lidera Netanyahu, ejercerán de observadores en las negociaciones: Limor Livnat (Cultura y Deporte) y Mijael Eitan (Servicios Públicos).
El diario "Haaretz" desvela hoy que el jefe de Gobierno contactó personalmente en los últimos días al menos a cinco economistas del sector privado o el mundo universitario para pedirles que entrasen en la comisión, probablemente ante la dificultad de conseguir nombres de peso para la peliaguda tarea.
El principal partido de la oposición, el Kadima (centro-derecha) de la ex ministra de Asuntos Exteriores Tzipi Livni, calificó la formación de la comisión de "engaño" con el que Netanyahu "trata obstinadamente de mostrar que no podría importarle menos la protesta y ofrecer lo mismo que antes, en vez de entender la necesidad de un cambio real".
Por su parte, el ministro de Exteriores, el ultranacionalista Avigdor Lieberman, convocó una rueda de prensa sobre el tema en la que alertó contra una reducción del presupuesto militar para responder a necesidades sociales.
Lieberman dio una de cal y otra de arena al decir que todos los sectores con reivindicaciones "tienen razón", pero habrá que ver cómo se responde a sus demandas, y que la protesta es "un signo de que los problemas son reales", pero ironizó con que las cafeterías en Tel Aviv no están llenas sólo de magnates, sino también de jóvenes y nuevos emigrantes.
En cuanto a los magnates, la acampada en el Bulevar Rothschild de Tel Aviv recibió hoy la visita del joven fundador de Wikipedia, Jimmy Wales, quien se mostró impresionado por el debate e identificación de la gente con una causa, aunque reconoció que no sabe si está de acuerdo con los motivos de la protesta.