Su nuevo espectáculo, Corteo -que significa cortejo fúnebre en italiano-, creado y dirigido por Daniele Finzi Pasca, escenifica la historia de un payaso que se imagina para su propio funeral un alegre desfile en el que recuerda a las personas que han dejado huella en su vida.
“Es un funeral muy a la italiana”, señala Adrián González, director de comunicación de Corteo, que después de más de dos años con la compañía reconoce que este es el “espectáculo más teatral” de todas las producciones del Circo del Sol.
“Es el único en el que se utilizan diálogos -el clown protagonista habla con el público- y en el que los personajes son seres humanos, todo ello sin perder las acrobacias y el nivel de riesgo que nos ha hecho tan famosos”, recalca González.
Una auténtica familia
Pero no todo se resume en la función de dos horas y media. La perfección que ha logrado el circo más exquisito del mundo contempla detrás el trabajo conjunto de una gran ‘troupe’ de 165 personas -de los que 62 son artistas- que se desplazan de una localidad a otra formando una gran ciudad sobre ruedas.
La compañía es una pequeña Babel donde conviven personas de 28 nacionalidades las 24 horas del día. “Trabajamos, comemos y cenamos juntos”, apunta González.
Para una tropa que mueve 1.000 toneladas de material en 81 camiones cada vez que se desplaza la organización y disciplina es fundamental.Un ejemplo: se utilizan 280 trajes diferentes para las funciones, que se lavan y planchan cada día en una tarea que lleva de 10 a 15 horas y se sirven más de 500 comidas diarias. Como dice González, es “una aventura profesional y humana en la que todo tiene que encajar”.
Ritual de meditación antes de cada función
Antes de actuar cada noche, los artistas se reúnen y cantan juntos dos de las canciones del espectáculo. Además, a modo de ejercicio de concentración, se lanzan palos de madera unos a otros.