La pintora israelí Rinat Izhak expone su muestra ?Lightscape? en Un Gato en Bicicleta
En uno de los puntos donde se une la modernidad de las Setas con lo más tradicional de la arquitectura del casco histórico nos atiende Rinat Izhak, que une varias disciplinas artísticas en todas sus creaciones. La librería Un Gato en Bicicleta, en la calle Regina, acoge la muestra Lightscape, la quinta de esta artista israelí nacida en Tel Aviv y enamorada de Sevilla.
¿Cómo llegó a Sevilla?
–Vivía en Barcelona y me ofrecieron hacer una exposición sobre el Guadalquivir; me asignaron un espacio donde vivir y pintar en La Puebla del Río durante dos meses. Continué el camino del río hasta Sevilla y me encontré con la Plaza de las Palomas. El camino del agua me guió hasta aquí, me enamoré de Sevilla. Su luz y su gente me hicieron sentir que mi sitio estaba aquí.
Cinco exposiciones individuales desde que llegó a Sevilla…
–Hice dos exposiciones, una en La Puebla del Río, Galería Luis Verri, y otra en Coria del Río, Galería Martínez de León, con el mismo tema, El Camino del Agua, pero con diferentes obras. Fueron mi bautismo profesional en esta adorable ciudad. Después tuvo lugar una muestra en la Sala Maravillas de Sevilla, en la que ofrecí mi mirada sobre el bosque y el mar. La cuarta fue la que más me dio a conocer entre los sevillanos. Es un proyecto que sigue vivo. La exposición La Plaza de las Palomas con fotografías de sevillanos que desde la inauguración de la plaza, en 1929, dan de comer a las palomas junto a algunas en las que yo pinté, además de pinturas de numerosos artistas sevillanos. Gracias a un equipo de colaboradores conseguimos más de mil fotografías y una compañía de teatro escenificó las fotos históricas dándoles vida a imágenes tomadas en algún caso 70 años antes. En la actualidad está Lightscape, mi última exposición en Sevilla, por ahora.
¿Qué es ‘Lightscape’?
–Es una idea que tuve durante unas Navidades en Huelva. Vi las luces que adornan las calles en esa época y se me ocurrió utilizarlas como una paleta de colores y mezclarlas en las fotografías. El resultado son 22 “pinturas abstractas” utilizando pigmentos de luz de la noche en las fotografías. Salía a la calle de noche en Barcelona con unos auriculares para escuchar música buscando inspiración mientras fotografiaba, pero me di cuenta de que en las discotecas tenía las luces y la música juntas y allí terminé el trabajo. Ha estado guardado desde el año 2007 hasta que la librería Un Gato en Bicicleta me ofreció exponerlas, por lo que le estoy muy agradecida.
¿Qué tiene de original?
–Cada obra es la unión de una fotografía y una poesía, algunas escritas especialmente para la foto y otras, que ya estaban escritas y que encajaban con la imagen perfectamente. En la inauguración se proyectaban las fotos y los poetas leían el texto unido a la obra. Se creó una atmósfera muy especial. Agradezco a Pedro Ibáñez Lérida, de la editorial sevillana “Ediciones en Huida”, su colaboración y apoyo.
Hablemos de ‘La Plaza de las Palomas’.
–En la primera fase tratamos la memoria histórica de la plaza, el pasado y presente de ese enclave mágico de la ciudad, con varias disciplinas como la fotografía, pintura, teatro, música y vídeo. Fue un proceso en el que le di la mayor importancia a lo familiar y local. Ahora continúa mirando al futuro y desde una perspectiva más internacional. No puedo dar muchos detalles pero la gente que viene de fuera de la ciudad y se fotografía junto a las palomas serán los protagonistas principales de esta nueva fase del proyecto. Sigo recopilando fotografías en la web www.laplazadelaspalomas.es, por lo que pido a todos que las envíen. De alguna manera serán todas utilizadas