Tres personas -dos viajeros y un miembro de la tripulación- del barco crucero "Costa Concordia", naufragado en la isla de Giglio, fueron rescatados hoy con vida, 36 horas después del siniestro, a la vez que fueron localizados los cadáveres de dos hombres, lo que eleva el número de fallecidos a cinco.
Casi dos días después del naufragio del mayor barco crucero italiano, más de un centenar de bomberos y decenas de buzos continúan la carrera contra el tiempo para intentar localizar a las 15 personas que siguen dadas por desaparecidas.
Entre ellas se encuentra el español de 68 años Guillermo Gual, de Palma de Mallorca (Baleares), y la peruana Erika Soria, de 26 años, tripulante.
Los rescatados son una pareja coreana -Hye Jim Jeong y Kideok Han, ambos de 29 años- que fue localizada en el interior de su cabina, en el puente octavo del crucero, de once plantas.
La pareja, en viaje de novios, había subido al barco en Civitavecchia, a 70 kilómetros al norte de Roma, pocas horas antes del naufragio, ocurrido a las 20.45 horas GMT del pasado viernes, al chocar la nave con una roca de veinte metros, que causó un agujero en el casco de 70 metros de longitud.
El otro es el italiano Marrico Giampetroni, comisario jefe de a bordo del "Costa Concordia", que fue localizado en una zona anegada y los bomberos tardaron en llegar hasta ella, ya que en la planta había paneles y otros materiales descolgados y en estado ruinoso, lo que hacía peligroso el rescate.
Otros dos pasajeros fueron localizados en Roma. Se trata de dos japoneses que se presentaron en una comisaria de policía y contaron que desde Porto Santo Stefano, el puerto más cercano a la isla, subieron junto a otros dos compatriotas en un autobús con destino a la capital sin que nadie les controlara.
Los hallazgos de personas con vida acentuaron la esperanza de encontrar vivos al mayor número de desaparecidos, hasta que a media tarde fueron localizados los cadáveres de dos hombres ancianos, lo que coloca el número de fallecidos en cinco y el de desaparecidos en 15, según afirmó el presidente de la región de Toscana, Enrico Rossi.
En el barco viajaban 4.229 personas, de ellas 3.209 viajeros de 62 naciones, en su mayor parte italianos, franceses y alemanes. También viajaban 177 españoles, 107 latinoamericanos y un andorrano.
Ayudados por perros adiestrados en la búsqueda de personas vivas, bomberos y buzos, continúan la búsqueda de supervivientes en el coloso de los mares de 114.000 toneladas, 291 metros de largo, 62 de altura, once puentes y con capacidad para 3.780 personas.
La búsqueda es cabina por cabina, con la esperanza de que alguien pudiera haber quedado bloqueado en las mismas y no hubiese podido salir.
Y es que tras irse la luz en el barco por el choque, las cerraduras de las cabinas, que son electrónicas, quedaron bloqueadas y según fuentes de los bomberos no se descarta que algunos de los viajeros dados por desaparecidos estén en las mismas, sin poder comunicarse con el exterior.
El comandante del barco Francesco Schettino, de 52 años, detenido el sábado y acusado de homicidio culposo múltiple, naufragio y abandono del barco mientras muchos pasajeros aún se encontraban dentro de la nave, sigue encarcelado.
Según su abogado, Giulio Leporatti, la fiscalía de Grosseto ha negado su puesta en libertad ante el peligro de pueda huir de Italia.
Según fuentes de la investigación, el comandante abandonó la embarcación hacia las 23.30 hora local del viernes (22.30 GMT), cuando aún parte de los pasajeros y de la tripulación esperaban a ser evacuados. Las últimas personas que abandonaron el crucero lo hicieron entre las 02.30 y las 03.00 del sábado.
Ciro Ambrosi, primer oficial del puente de mando, también está siendo investigado.
Según el fiscal de Grosseto, Francesco Verusio, el comandante se acercó demasiado a la isla, hizo una maniobra "inexperta" y el casco de la nave chocó con un escollo por su parte izquierda.
Verusio precisó hoy que el barco estaba a sólo 150 metros de la orilla, "una distancia increíblemente cerca".
Schettino, por su parte, asegura que las rocas no estaban en los mapas.
La caja negra del barco, hallada el sábado, está siendo analizada y según Verusio, "ya está hablando" y habría desvelado "una diferencia de una hora entre el impacto, a las 21.45 horas local, y la alarma a la Guardia Costera, dada alrededor de las 22.43 horas local".
Los supervivientes del naufragio comenzaron ayer domingo a regresar a sus países de origen. Varios centenares volvieron a España desde Roma, donde denunciaron el abandono que sufrieron por parte de los altos mandos de la tripulación, que no ayudaron en la evacuación.