Hace poco en Cádiz sólo podías leer el Diario de Cádiz como prensa local.
Luego llegó de la mano de editorial Vocento (empresa que publica ABC) el periódico “la Voz de Cádiz” y que trajo bastante expectativa prometiendo un equilibrio editorial e ideológico en la prensa local gaditana.
Surge en 2004 recién ganadas las Elecciones Generales por el PSOE. En esos momentos nuestra economía, a pesar de la crisis mundial de 2002, respiraba bien. Durante este periodo coincidente con el Gobierno de ZP nuestra economía se ha dilapidado por la mala gestión. Otras economías crecen hoy, la nuestra ha entrado en recesión. El Gobierno del PP debe hacer una tarea heroica e ingrata para sanear la economía española, por eso me sorprende que en la Voz de Cádiz se usen titulares sensacionalistas sin reconocer que estas medidas son un ejercicio doloroso pero necesario.
Ha sido un querer y no poder, por muchas promociones de vasos, tazas y otros regalos con que ha premiado a su electorado.
Esperábamos de este proyecto una línea editorial más seria, más comprometida con un humanismo constructivo, no más de lo mismo. Una prensa que se precie debe destilar objetividad en las noticias, debe comunicarte un sentido positivo y esperanzador. Con 5 millones de parados y un 35,33% de paro en Cádiz, hay que tener mayor responsabilidad social.
Corear noticias para vender periódicos y despertar atenciones en los lectores por sensacionalismo no hace más que llevar a preocupaciones, incertidumbres, miedos que hacen que la economía no mejore.
Han pasado los años y el proyecto ha defraudado. La Voz de Cádiz se vende al socaire del ABC en un pack de oferta que dura muchos años. Un buen periódico debe hacerte sentir la calma de titulares sopesados, de entrelíneas mesuradas, de comentarios siempre positivos en un alarde de comedimiento y calidad periodísticos.
A muchos gaditanos les ha servido para descubrir la excelencia del ABC.
El 3 de febrero celebraremos a san Blas, el patrono del mal de garganta, para que cuide la voz de la ciudad. Surgió una voz que de momento no ha pasado de ser una ronquera.