El 25 de marzo unos 6.404.000 andaluces decidirán si optan por el "cambio tranquilo" que ofrece el PP o prefieren el "camino seguro" que promete el PSOE. Comienza la cuenta atrás de quince días de vértigo a los que ya les sobra temperatura política por la confrontación, la crisis y los casos de corrupción.
Las maquinarias electorales autonómicas y nacionales están engrasadas para cuando esta medianoche comience oficialmente la campaña de las novenas elecciones andaluzas, las más imprevisibles y disputadas, aunque con el PP como claro favorito.
La gran duda, según las encuestas, es si el candidato popular Javier Arenas, que se presenta por Almería, conseguirá la mayoría absoluta, lo que acabaría con 30 años de hegemonía del PSOE en Andalucía.
Si, contra estos pronósticos, el PSOE logra conservar el Gobierno autonómico, Andalucía se convertirá en el punto de partida de la "reconquista" socialista del poder en España e incluso en Europa, en opinión de su candidato José Antonio Griñán.
Griñán, que accedió a la presidencia de la Junta en 2009 por la marcha de Manuel Chaves al Gobierno de Zapatero, se presenta por primera vez como candidato, aunque como secretario general del PSOE-A ha sufrido dos derrotas: las municipales del 22 de mayo y las generales del 20 de noviembre, en las que el PP ganó por siete y nueve puntos, respectivamente.
El 25M, la tercera cita de los andaluces con las urnas en menos de un año, será el cuarto intento de Javier Arenas para ser presidente de la Junta.
La estrategia del PSOE, que en esta legislatura ha tenido 56 escaños en el Parlamento andaluz, uno más que los 55 que marcan la mayoría absoluta, pasa por evitar esa mayoría del PP y para ello necesita recuperar más de 200.000 votos de los 700.000 que perdió en las elecciones generales.
El PP tiene ahora 47 diputados y con 8 más tendría mayoría absoluta, para lo que centrará sus esfuerzos en las provincias de Sevilla, Cádiz y Málaga.
Especial importancia tendrá en la contienda electoral la provincia de Sevilla, por la que se eligen 18 escaños y donde figuran como cabezas de cartel Griñán por el PSOE y el alcalde sevillano, Juan Ignacio Zoido por el PP.
En Sevilla, la diferencias entre el PSOE y el PP fue en 2008 de 22 puntos, margen que las encuestas reducen ahora a entre 3 y 4 puntos. En esta provincia también conseguirían escaños IU (2) y UPyD (1), que entraría por primera vez en el Parlamento autonómico, según los sondeos.
La importancia que los dos principales partidos dan a esta provincia se demuestra en que el líder del PP, Mariano Rajoy, y el del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, cerrarán campaña en Sevilla apoyando a sus respectivos candidatos.
Los mensajes que llevan meses lanzando el PP y Javier Arenas se cimentan en la cifra del paro en la comunidad, un 31 %, en el caso de los ERE fraudulentos, en el enfrentamiento entre los funcionarios y la Junta, y en la polémica del déficit público, conflictos ante los que proclaman una y otra vez la "necesidad del cambio tranquilo y sin rencor".
Cinco días antes de las elecciones declarará ante la juez Mercedes Alaya el chófer de Francisco Javier Guerrero, exdirector general de Trabajo y principal imputado en el fraude de los ERE, el mismo que afirmó ante la policía haberse gastado "casi un millón en cocaína, fiestas y copas".
Convencidos de que la "burbuja" de Arenas se ha pinchado por el impacto de las medidas del Gobierno de Rajoy, el PSOE y Griñán se presentan como el "camino seguro" para Andalucía, continuador de tres décadas de gobierno y de los "logros y avances" sociales ahora "amenazados por los recortes y las privatizaciones" del PP.
El PP contará con Mariano Rajoy en cinco ocasiones, una de ellas el cierre en Sevilla, y con muchos de sus ministros, mientras Alfredo Pérez Rubalcaba coincidirá cuatro días con el candidato Griñán.
El tablero político andaluz puede tener otras dos piezas fundamentales si no hay mayoría absoluta: IU y UPyD.
Si el PP gana y se queda cerca de esos 55 escaños podría pactar con UPyD, al que las encuestas dan dos diputados, uno por Málaga y otro por Sevilla.
Por su parte, Izquierda Unida, liderada en Andalucía por Diego Valderas, aspira a aumentar los seis diputados que ha tenido en la legislatura que acaba y, si sus bases lo aprueban en un referéndum, pactar con el PSOE para evitar un gobierno del PP.