Según ha informado hoy en un comunicado la Policía Local, desde el Ayuntamiento de la capital se comprobó que se estaba produciendo un número anormal de altas en el padrón municipal de un piso por parte de extranjeros de diversas nacionalidades, por lo cual pusieron los hechos en conocimiento de los agentes.
A raíz de diversas indagaciones, se localizaron dos inmuebles en los que se empadronaba de modo masivo a ciudadanos extranjeros de origen africano, si bien ninguno de ellos llegaba nunca a ocuparlas aunque se les cobraban 300 euros por su alquiler y se les decía que tendrían que pagar más una vez tuvieran la tarjeta de residencia.
En uno de los pisos habían sido empadronadas diez personas, procedentes de Marruecos, Mauritania, Guinea y Mali; mientras que en el otro lo estaban uno de los imputados junto a otras cinco personas de nacionalidad marroquí, según las fuentes.
Ante las irregularidades detectadas, se procedió a imputar al director gerente de un despacho profesional ubicado en Málaga, y a un ciudadano de origen malí, como presuntos responsables de la trama.