El Rey Don Juan Carlos viajará este martes y jueves a Cataluña, una semana después de publicar un mensaje que llamaba a los españoles actuar unidos contra la crisis y advirtiendo de que los peor que se puede hacer ahora es "dividir fuerzas, alentar disensiones, perseguir quimeras y ahondar heridas".
El monarca presidirá el acto de entrega del IV Premio Internacional Conde de Barcelona, que recibirá el cardenal y secretario de Estado del Papa Benedicto XVI, Tarcisio Bertone, y que se celebrará en el Monasterio de Pedralbes de Barcelona.
El jueves acudirá al Puerto de Barcelona a inaugurar la terminal Tercat, que, gestionada por el grupo chino Hutchison, es la terminal de contenedores más avanzada de todo el Mediterráneo al ser capaz de servir a varios grandes buques simultáneamente.
El mensaje del Rey generó polémica entre los partidos catalanes y solo recibió el aval de PP y C's, que aprobaron que el monarca se pronunciara en estos términos días después de las manifestación independentista de la Diada.
Sin cargar contra el Rey, CiU le pidió que ayudase a Cataluña a tener estructuras de Estado si lo que quería era afrontar con garantías la crisis, y el PSC le recordó que "hay quienes dividen en un lado y en el otro".
Entre los más críticos destacó ICV-EUiA, que le acusó de haberse extralimitado en las funciones que le da la Constitución, y ERC, que lamentó que el Rey disparara "una vez más a diestro y siniestro, errando de nuevo".
JUNTO AL PRESIDENTE MAS
En los dos actos a los que asistirá en Barcelona, el Rey coincidirá con el presidente de la Generalitat, Artur Mas, cuyo Govern evitó polemizar con la Casa Real por este asunto.
Tras reunirse con el presidente Mariano Rajoy, el propio Mas restó importancia a esta cuestión asegurando que no le habían dedicado "ni treinta segundos", mientras que el portavoz catalán, Francesc Homs, aseguró que el Ejecutivo no se sentía aludido por el monarca.
Dos días después de la manifestación de la Diada, Mas acudió a Madrid a un desayuno-coloquio, y la ausencia de miembros del Gobierno contrastó con la presencia del jefe de la Casa Real, Rafael Spotorno.