Considerado por los jueces el brazo derecho del ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic, Sainovic ha sido condenado por su implicación directa y mando en el Ejército yugoslavo a 22 años de prisión, pena que también les ha sido impuesta a los ex generales del Ejército y de la policía Nebojsa Pavkovic y Sreten Lukic, respectivamente.
El ex jefe del Ejército, Dragoljub Ojdanic y el ex general Vladimir Lazarevic han sido condenados a penas más leves, 15 años de cárcel, entre otras razones porque no se demostró que compartieran la intención de deportar a los más de 700.000 albaneses expulsados de Kosovo en 1999.
Lo más llamativo de la sentencia, sin embargo, ha sido la puesta en libertad de Milutinovic, al que los jueces exculparon de todos los cargos. Los magistrados consideran que Milutinovic “no tenía control directo” sobre el Ejército yugoslavo, cuya dirección era ejercida por el ya fallecido Slobodan Milosevic.
Además, sostienen que “no se ha probado” que el que fue presidente de Serbia entre 1997 y 2002 “tuviera una relación de amistad estrecha” con Milosevic, como mantenía la fiscalía.
Sin embargo, los magistrados afirman que el vicepresidente Sainovic “era el asociado de mayor confianza de Milosevic”, a quien proporcionaba información y con quien mantenía regularmente conversaciones telefónicas.
De acuerdo con la sentencia, Sainovic era el “representante personal de Milosevic en Kosovo (...), estaba bien informado y era consciente de los crímenes perpetrados”.
“Sainovic ejercía un poder sustancial sobre el Ejército yugoslavo y sobre la policía y contribuyó significativamente a la comisión de crímenes”, se lee en las conclusiones de la sentencia, que, sin embargo, estima que desconocía que también se asaltaba sexualmente a las mujeres kosovares.
La sentencia coincide en que Lukic y Pavkovic, que, como Sainovic, han sido condenados a 22 años de cárcel, ejercían “una autoridad sustancial” sobre el Ejército y la policía yugoslava, respectivamente.
Para los jueces, ambos compartían la “intención de deportar a albano-kosovares”, pero mientras que Pavkovic “podía intuir que se cometiesen asesinatos y asaltos sexuales por parte de las fuerzas del Ejército yugoslavo”, en el caso de Lukic eso solamente era así en los crímenes de destrucción y asesinato, pero no en las violaciones.
Aún así, esa diferenciación no tuvo influencia a la hora de imponerles a ambos la misma pena de cárcel.
En el caso de Ojdanic y Lazarevic, ambos condenados a 15 años de prisión, los jueces consideran que ninguno de los dos tenía la intención de deportar a los kosovares, los cuales eran forzados a abandonar sus casas y a entregar sus documentos y pertenencias, que nunca se les devolvieron, según denuncia el fallo.