Cuando se cumple un año desde que anunció su abdicación, la veintena de actividades institucionales en las que ha participado el Rey Juan Carlos desde que dejó de ser jefe de Estado combina homenajes a su figura con actos de representación de la Corona dentro y fuera de España, incluidos tres viajes oficiales.
Siempre por encargo de su hijo y sucesor al frente de la Casa Real y la Jefatura del Estado, Felipe VI, don Juan Carlos ha asistido en estos meses a investiduras presidenciales en Colombia y Uruguay, ha viajado a EE.UU. y ha representado a la Corona en actos económicos, militares, académicos, culturales, deportivos y taurinos.
Tras imponer a don Felipe en la Zarzuela el fajín de capitán general de las Fuerzas Armadas, aquel histórico 19 de junio de 2014 don Juan Carlos limitó su presencia pública en la jornada de proclamación al simbólico saludo de los seis integrantes de la Familia Real desde el balcón central del Palacio de Oriente y se retiró a un discreto segundo plano acorde con su nuevo papel.
Desde entonces, en gran medida a salvo de los focos de atención mediática que intentaron seguir de cerca su vida privada durante los últimos años de su reinado, ha protagonizado una discreta agenda institucional, en todo momento a disposición de las necesidades de representación que le trasladara el nuevo Rey y con el máximo cuidado para no restarle protagonismo.
El primer encargo llegó en agosto, en coincidencia con las actividades de don Felipe en Mallorca, cuando viajó a Bogotá para representar a España en la investidura de Juan Manuel Santos, una misión que repitió hace tres meses en Montevideo con la toma de posesión del uruguayo Tabaré Vázquez y que hasta el relevo en la Corona ejercía habitualmente el entonces Príncipe de Asturias.
El tercer viaje oficial al extranjero es el que le llevó a Washington en marzo con una agenda política, económica y cultural que incluía la concesión de un premio al senador demócrata Robert Menéndez, la asistencia a un festival cultural hispano-portugués y una reunión con el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo.
Tres meses antes había acudido a Bruselas, acompañado por doña Sofía, para asistir al funeral por la Reina Fabiola -a quien les unía una antigua relación de amistad- y, pocos días después de aquel viaje, ambos representaron también a la Familia Real española en la ceremonia fúnebre que ofició en Madrid en memoria de la Duquesa de Alba el cardenal emérito de Sevilla, Carlos Amigo.
En los primeros meses tras su renuncia, empezó a recibir también homenajes a su trayectoria por parte de colectivos y sectores sociales muy distintos, como los que le brindaron la cúpula militar en septiembre, los empresarios latinoamericanos en octubre y los diplomáticos y directivos que en diciembre arroparon en la embajada italiana la entrega del Premio Tiépolo al anterior Monarca.
La inauguración de un monumento dedicado al héroe militar Blas de Lezo y su estreno como presidente del Patronato del Museo Naval destacan entre las más recientes actividades en materia de Defensa de don Juan Carlos, presente asimismo en la apertura de una cátedra universitaria dedicada a América Latina y en dos de los partidos de baloncesto jugados por España en el último campeonato mundial.
Su defensa de la fiesta de los toros y el agradecimiento de la afición por este apoyo quedó patente en la entrega de unos premios taurinos y en la última Corrida de la Prensa, mientras que la última sesión de trabajo del Fondo para la Protección de la Naturaleza inauguró a finales de marzo el uso para reuniones oficiales del nuevo despacho de don Juan Carlos habilitado en el Palacio Real.
No muy lejos de allí, en el Salón de Alabarderos del palacio, se muestra a los visitantes desde ayer "La Familia de Juan Carlos I", el retrato que Antonio López tardó veinte años en completar y que pudo ser contemplado en público por ver primera el pasado diciembre, meses después de haber concluido su reinado, en el marco de la exposición "El retrato en las Colecciones Reales".
Acompañado de doña Sofía, correspondió a don Juan Carlos inaugurar la muestra que incluía el esperado retrato de una Familia Real que ya no es la misma, una obra a la que las circunstancias han reservado el destino de presidir uno de los salones de palacio un año después de anunciarse el relevo en la Corona, mientras los nuevos Reyes se disponían a emprender su primer viaje de Estado.
