Los responsables del CERN así como los principales representantes de Estados miembros quitaron importancia al contratiempo del Gran Colisionador de Hadrones, y aseguraron que eso no cambia las grandes perspectivas que se abren con este proyecto que ha costado 4.000 millones de euros y con el que se quiere desentrañar los misterios del Universo.
“El LHC es un proyecto audaz, que ha necesitado más de 20 años de planificación y que nos permitirá investigar el 96%del universo que nos es desconocido, y aunque hoy es una fiesta, no puedo negar que siento decepción por el incidente que ha obligado a parar la máquina”, dijo el director general del CERN, Robert Aymar, en sus palabras de inauguración.
Pero, tras agradecer a los estados miembros sus esfuerzos y contribuciones, Aymar aseguró que “tenemos el equipo y los medios para repararlo y para garantizar que algo así no vuelva a ocurrir”.
Unos 1.500 invitados asistieron al evento, pero sólo Suiza estuvo representado por su jefe de Estado, Pascal Couchepin, mientras que por Francia asistió el primer ministro, Francois Fillon.