“Jerusalén unida es la capital de Israel”, recalcó en su discurso de conmemoración de la “reunificación” de la ciudad tras la toma de la parte Este en la Guerra de los Seis Días de 1967.
Netanyahu, líder del derechista Likud, indicó al inicio de su discurso que transmitió ese mensaje esta semana en EEUU, donde se reunió con el presidente Barack Obama.
“Sólo con una Jerusalén unida se podrá mantener la libertad de culto para las tres (grandes) religiones” monoteístas, judaísmo, islam y cristianismo, agregó en su intervención en la Colina de la Munición, uno de los lugares simbólicos de la contienda de hace 42 años.
El jefe de Gobierno insistió en que “nunca ha habido tanta libertad de culto en Jerusalén como ahora”.
Netanyahu afirmó que en 1967 se cumplió “un sueño de larga data” al ganar las tropas israelíes a Jordania la parte este, donde los palestinos aspiran a establecer la capital de su futuro estado.
Más tarde, en el año 1981, Israel se anexionó la parte oriental de la ciudad por medio de una ley parlamentaria que la declaró la “capital eterna e indivisible del pueblo y el Estado judío” y que rechazó la comunidad internacional.
El acto de la jornada de ayer jueves, en el que participaron los principales líderes políticos y militares del país, dio el pistoletazo de salida a las celebraciones del Día de Jerusalén.