La Audiencia de León ha condenado a Rafael Prado, conocido como el pederasta de Carucedo (León), a 46 años de prisión por doce delitos continuados de abusos sexuales, tres años por cada uno de ellos; cuatro delitos de abusos sexuales, dos años de privación de libertad por cada uno, así como por un delito de revelación de secretos, penado con dos años más de prisión.
No obstante, la sentencia de la Sección Tercera de la Audiencia leonesa absuelve al procesado del delito de corrupción de menores que solicitaban para él tanto la Fiscalía como la acusación particular. Además, también tendrá que indemnizar con 3.000 euros a 12 de los menores y con 1.000 a los cuatro restantes.
Los hechos se remontan a los veranos de 2011 y 2012, cuando el condenado ejercía como director de campamentos de verano celebrados en Carucedo (León) y en Guijo de Santa Bárbara (Cáceres) y de madrugada, cuando los menores se encontraban dormidos, aprovechaba para realizarles tocamientos y abusos sexuales y grababa todo lo que hacía con una cámara de visión nocturna. Según la sentencia, no se ha probado que Rafael Prado utilizase el material grabado más que para su propio uso personal.
En el momento de cometer los hechos, Rafael Prado estaba "en la plenitud de sus capacidades cognitivas volitivas", asegura la Audiencia de León en su fallo, donde también descarta que tuvieran "una sintonía patológica incapacitante" o "un trastorno de la personalidad".
La sentencia también considera probado que en fechas no determinadas, pero al menos desde 2011, el condenado colocó de forma intencionada una cámara de filmación oculta en una mochila en un club deportivo de Madrid del que era monitor de natación, y grabó imágenes de personas sin identificar mientras se estaban cambiando de ropa, muchos de ellos menores de edad, que aparecían desnudos.