ETA ha agravado su estado comatoso cuando se cumplen cinco años de su anuncio de cese de la violencia al no lograr nada más que mantener una pírrica estructura con un máximo de veinte miembros inexpertos, con Mikel Irastorza ejerciendo de 'número uno' por la ausencia de otros candidatos, y con 355 presos ignorados por las autoridades españolas y francesas y, en parte, también por la izquierda abertzale.
ETA no va a volver a matar, no hay vuelta atrásSon los rescoldos de la banda terrorista que quedó derrotada del pulso que mantuvo durante cuatro décadas con el Estado. Este 20 de octubre se cumplen cinco años desde que, asfixiada por las fuerzas de seguridad, oficializara su renuncia a continuar con los asesinatos, extorsiones y coacciones. Deja atrás más de 800 víctimas mortales, miles de heridos y, según la Fundación de Víctimas del Terrorismo, unos 314 asesinatos sin autor conocido.
Al arsenal de hasta tres toneladas de explosivo y 300 armas con los que contaba hay que restar las 145 pistolas intervenidas en Francia esta semana, en un zulo a unos cien kilómetros al noreste de París en el que ETA escondía también munición y dos fusiles de asalto enterrados en bidones en un parque forestal en el término municipal de Carlepont.
"ETA no va a volver a matar, no hay vuelta atrás. No quiere decir que esté inactiva porque tiene que gestionar su defunción y la entrega del arsenal. Pero sólo tiene dos salidas: o entrega las armas o se las quitamos nosotros", explicaban esta semana a Europa Press fuentes de la lucha antiterrorista.
Interior ha reconocido que hacía mucho tiempo que tenían conocimiento de las coordenadas exactas de "uno de los zulos estratégicos" de los que disponía ETA, el de Carlepont en Francia, lo que da prueba de la eficacia con la que trabajan los servicios de información. La operación tiene valor porque se recuperan las pistolas robadas por los terroristas en Vauvert en 2006.
IMPEDIR ESCENIFICACIONES GROTESCAS
Y por otra razón todavía más importante: se cortocircuita la "publicidad" de la banda para, en palabras del ministro Jorge Fernández Díaz, llevar a cabo "presuntas maniobras de entrega de su armamento y escenificaciones tan grotescas" como la de los verificadores internacionales que terminaron reconociendo en la Audiencia Nacional que ETA se había llevado en cajas de cartón el exiguo material del que había dicho que se desprendía en febrero de 2014.
La anterior vez que las fuerzas de seguridad incautar un importante arsenal de ETA fue el 28 de mayo de 2015. La banda custodiaba en Biarritz, ciudad del suroeste de Francia situada a unos 30 kilómetros de la frontera con el País Vasco, 19 revólveres, siete pistolas, más de mil cartuchos de distintos modelos, 3,2 kilos de pentrita y temporizadores artesanales. Pero las fuerzas de seguridad comparan el hallazgo del zulo de Carlepont con otro más lejano, concretamente en 2004.
El 4 de abril de hace doce años se hallaron 800 kilos de explosivos en Saint Michel. En octubre, una segunda operación policial descubrió siete zulos en los que ETA, dirigida hasta su arresto por Mikel Albizu Iriarte, 'Mikel Antza', y su pareja, Soledad Iparragirre, 'Anboto', ocultaba dos misiles, abundantes armas y documentación, además de 600 kilos de dinamita titadyne y 500 de clorato de sodio.
La presión policial no se ha atenuado ni tras el anuncio del cese de la violencia en 2011 ni tras los sucesivos comunicados de ETA, el último este 27 de septiembre coincidiendo con el 'Gudari Eguna'. La banda se reafirmó en su cese definitivo de la violencia y censuró que en los cinco años transcurridos no haya sido posible un desenlace como el logrado por las FARC y el Gobierno de Colombia. Ni siquiera esta comparación se sostuvo en el tiempo: días después del pronunciamiento de ETA, los colombianos rechazaron en un referéndum los términos del acuerdo de paz.
MÁS DE CIEN DETENIDOS DESDE 2011
Prueba de que el Estado de Derecho no entiende de treguas es que, desde el cese de la violencia de ETA, se han detenido a 141 personas relacionadas con la actividad de la organización terrorista, unos arrestos que se han practicado, además de en España y Francia, en países como México e Italia.
El cumplimiento estricto de la ley también afecta a los presos. La Audiencia Nacional se mantiene cautelosa para que los permisos de históricos dirigentes como Idoia López Riaño, alias 'La Tigresa', no se concedan en el caso de que puedan coincidir con víctimas de sus fechorías. En la actualidad, hay 355 presos de ETA: 274 presos en las cárceles españolas --sólo tres dentro del País Vasco--, 79 en Francia, uno en Portugal y uno en Suiza.
Los últimos jefes de ETA con galones fueron Iratxe Sorzábal y David Pla. Cayeron el 22 de septiembre de 2015 en Francia después de que se descabezaran sucesivas cúpulas. Fueron los autores de los últimos comunicados y de la falsa entrega de armas con los verificadores internacionales, que nunca fueron reconocidos por los gobiernos de España y Francia.
El último detenido con cierto renombre de la nómina de los terroristas fue Egoitz Urrutikoetxea, hijo de Josu Urrutikoetxea Bengoetxea, el histórico etarra conocido como 'Josu Ternera'. La detención se practicó en París en octubre de 2015. "Quizás era el único con algo de pedigrí que pudiera ser reclamado para gestionar lo poco que le queda de la organización terrorista", señaló entonces Fernández Díaz.
Esta misma semana, mientras se descubría el zulo de ETA en Carlepont, la policía francesa volvía a registrar por orden de un juez dos domicilios en Anglet y Ariège. El objetivo, como en 2013, era 'Josu Ternera', que se encuentra huido desde 2002. Los agentes tomaron fotos de la vivienda y sus accesos e hicieron copias del ordenador y consultaron el móvil de la pareja de Josu Urrutikoetxea, según relató ésta a Mediabask.
MIKEL IRASTORZA, 'NÚMERO UNO'
El relevo lo asumió un desconocido en la estructura etarra: Mikel Irastorza. Sigue siendo para las fuerzas de seguridad el 'número uno' de una ETA desvalijada. Sin causas pendientes con la justicia ni experiencia terrorista, se incorporó a ETA tras ser portavoz del Foro de Debate Nacional, una plataforma impulsada por Batasuna y Eusko Alkartasuna (EA).
La irrelevancia de la actual cúpula la mide el hecho de que hace tiempo que no se difunden listados con los más buscados por las fuerzas de seguridad. Pero que no atente no quiere decir que no haya causas pendientes con la Justicia. "Cualquier miembro de ETA con cuentas pendientes con la Justicia tiene la espada de Damocles encima", avisaban las fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por Europa Press, "vamos a ir a por ellos con todos los instrumentos del Estado de Derecho".
La primera víctima de ETA fue un bebé de 22 meses asesinado en 1960 y la última el brigadier francés Jean Serge Nerin, muerto en marzo de 2010. En total, 829 personas, de las que 506 eran miembros de las fuerzas de seguridad, 58 empresarios y 39 políticos. Una siniestra historia de la que sólo se espera un epílogo a modo de disolución.