El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, defendió ayer la ?conveniencia? del acuerdo para el uso de bases militares colombianas por parte de EEUU que negocian actualmente los dos países.
El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, defendió ayer la “conveniencia” del acuerdo para el uso de bases militares colombianas por parte de EEUU que negocian actualmente los dos países.
“Obtener acuerdos con países como Estados Unidos para que, con todo el respeto a la Constitución colombiana y a la autonomía de Colombia, nos ayuden en esta batalla contra el terrorismo y el narcotráfico es de la mayor conveniencia para el país”, dijo Uribe en Bogotá a preguntas de los medios de comunicación.
Al explicar hace dos días en una audiencia pública los detalles del convenio con Estados Unidos, los ministros de Exteriores, Jaime Bermúdez; de Defensa, Freddy Padilla; y de Interior, Fabio Valencia, dejaron claro que no se crearán bases militares extranjeras en Colombia.
Además, subrayaron que el objetivo del acuerdo no es suplantar a la base ecuatoriana de Manta, donde finalizarán en la jornada de hoy las operaciones antinarcóticos que EEUU ha desarrollado allí durante una década, sino implementar “un esquema de cooperación moderna”.
El acuerdo que negocian Bogotá y Washington establece el uso por parte de EEUU de las bases colombianas de Malambo (norte), Palanquero y Apiay, ambas en el centro del país, para actividades antidrogas.
Colombia está interesada en que esa presencia llegue también a otras dos bases donde ya hay personal asignado de Estados Unidos: Larandia, en el departamento sureño de Caquetá, y Tolemaida (centro).
Según explicaron el miércoles los ministros colombianos, el convenio tendría una vigencia de diez años y supondría inversiones en infraestructuras por parte de EEUU por 5.000 millones de dólares.
Asimismo, se autorizaría la presencia en las bases colombianas de un máximo de 800 militares y de 600 contratistas civiles del Pentágono u otros organismos de seguridad estadounidenses.