El excomisario José Villarejo ofreció a unos clientes de un despacho de abogados para los que realizaba labores de espionaje el sumario del caso Emperador, en el que estaba siendo investigado un miembro del bufete: "Si queréis, por curiosidad, os podemos aportar el sumario", les dijo.
Villarejo, en prisión desde hace un año por el caso Tándem, dijo estas palabras en una reunión que mantuvo con su socio Rafael Redondo, investigado también en la causa, y dos exmiembros del despacho Herrero y Asociados cuya imputación archivó el juez pero la Fiscalía pidió ayer revocar en vista de nuevas pruebas contra ellos.
La conversación, a la que ha tenido acceso Efe, fue grabada por el propio Villarejo e intervenida en los registros del caso Tándem, y en ella el excomisario explica a los clientes, Álvaro Martínez y María Ángeles Moreno, la estrategia a seguir para conseguir demandar a unos socios minoritarios del despacho que habían fundado otro bufete usando en teoría información privilegiada.
Durante la reunión, en noviembre de 2013, Villarejo explica que uno de los miembros de Herrero y Asociados que se había ido al otro bufete estaba imputado en el caso Emperador, sobre la red de blanqueo liderada por Gao Ping, porque usó "la mafia china para traer pasta".
Ante la sorpresa de Moreno al conocer la noticia, Villarejo añade: "Si queréis, por curiosidad, os podemos aportar el sumario, que lo hemos buscado para hacer la documentación", pero Martínez admite que sabía que "tenía cuentas fuera".
También hablan de otro socio del bufete, un tal Paco, que había tenido fondos fuera de España y, según Martínez, se los había ido trayendo "poco a poco". "Paco -dice Villarejo al respecto- es el que organiza toda la pasta fuera, por lo que hemos visto, pero oye, como Paco es de los nuestros, aquí no hay nada más que hablar de este tema".
Martínez aclara que en enero de 2006 le dijo a Paco: "Esto se tiene que acabar porque nos van a pillar y tenemos más que perder que ganar" y el socio "se fue trayendo el dinero a España". "Afortunadamente te hicieron caso", comentó el excomisario.
A la hora de explicar las líneas de trabajo para conseguir información del nuevo despacho y poderles demandar por "tratar de vaciar la empresa y montar una empresa paralela", Villarejo relata a los clientes que estaba intentando obtener datos bancarios de uno de los socios que se había ido.
Sin embargo, no estaba siendo fácil porque se habían encontrado con "muchas reticencias, muchas cautelas, muchas trabas" por parte de las personas que les facilitaban esa información de forma irregular: "Lo que normalmente es normal, eso de 'oye, dame esta cuenta', que tenemos gente que a la que obviamente primamos un poquillo, pues en este caso hay unas cautelas excepcionales".
El socio de Villarejo, Redondo, remarca entonces que el hombre tenía "que ser un personaje" por la descripción que le habían hecho de él sus contactos "en los bancos", que le tenían mucho "respeto".
Villarejo se muestra seguro de que acabarían dando con la información y que, gracias a esos datos y otros que conseguirían, podrían materializar la denuncia contra el nuevo bufete, y de hecho avanza a los clientes que había hecho "las primeras gestiones" en la Policía para preparar el terreno.
Estas gestiones habían sido "muy suaves", añade, "sin hablar ni siquiera de empresas ni nada". "Tenemos todas las posibilidades de, cuando llegue el momento, presentar la denuncia con un buen nivel de éxito porque son gente muy especializada en el tema en la Comisaría General de Policía Judicial, que es con la que queremos...", dice.
En otra grabación contenida en el sumario, una de las empleadas de Herrero y Asociados que se marchó al nuevo despacho relata al juez que alguien les dijo que desde dicha compañía les estaban investigando, por lo que decidieron contratar a un detective para que comprobase si habían puesto micrófonos en la sala de juntas. Al no haber nada, dijo, lo dejaron estar.
Según le comentaron, la compañía sufrió además algún ataque al sistema informático y que también detectaron la presencia de dos detectives frente al despacho recién fundado, sentados frente a un parque infantil observando quién entraba y salía.
Una circunstancia a la que no le dio importancia otro de los socios minoritarios del despacho que también acabó en la compañía rival.
Este socio víctima de la vigilancia de Villarejo afirmó ante el magistrado que se lo tomó como "una anécdota". "Pues fíjate, un detective nos han puesto", fue lo que le dijo un colega suyo para contarle la noticia, según él, a modo de "chascarrillo".
Precisamente ayer, Anticorrupción, que recurrió el archivo de la causa para los cuatro exsocios del bufete que contrataron a Villarejo -Francisco Carpintero, Andrés Medina, Álvaro Martínez y María Ángeles Moreno-, pidió que se les volviera a imputar al haber encontrado "nuevos y sólidos" indicios contra ellos.
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Villarejo ofreció el sumario del caso de Emperador a unos clientes
En el que estaba siendo investigado un miembro del bufete: "Si queréis, por curiosidad, os podemos aportar el sumario", les dijo
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