Su intento de advertir personalmente al presidente Felipe Calderón de una supuesta inminente catástrofe en forma de gigantesco terremoto acabó, por el momento, en el hangar de la Policía Federal y en espera de un examen psiquiátrico.
“Viene un terremoto como nunca antes lo ha habido”, dijo cuando fue presentado ante la prensa, esposado, sonriente, enérgico, ataviado con una camisa blanca.
Josemar Flores Pereria, de 44 años de edad, es un hombre de manos grandes que se dice un pastor religioso recuperado por Dios hace diecisiete años cuando, alcohólico y drogadicto, estaba a punto de poner fin a su propia vida.
Durante el secuestro, Flores regaló a la tripulación algunos de los temas musicales que ha interpretado en su acción evangélica, informó en la jornada de ayer el capitán de la aeronave.