“El pueblo cubano, especialmente su magnífica juventud, demostró que aún en medio de un brutal bloqueo económico es posible vencer obstáculos inimaginables”, señaló Castro en la última de sus Reflexiones hecha pública en la noche del lunes.
Fidel, que renunció oficialmente a la presidencia de Cuba en febrero de 2008 en favor de su hermano Raúl pero sigue ejerciendo una especie de liderazgo moral, dedica su última reflexión al cambio climático, pero desliza alguna frase sobre el concierto del domingo, que califica de “extraordinario”.
El gobierno cubano ha sido cauto a la hora de interpretar el concierto del pasado domingo en clave política, una forma de acallar a todos los que, desde el exilio, señalaban que intentaría sacar provecho político del concierto y criticaban a sus integrantes por prestarse a ese juego.
En cuanto al cambio climático, Fidel insiste en su mensaje en la gravedad de la situación y lo considera un peligro tanto para la paz como para la supervivencia de la especie humana.
Una vez más, aprovecha sus reflexiones para criticar a Estados Unidos, especialmente por su poderío armamentístico: “Son los mayores productores y exportadores de todo tipo de armas”, y sus armas nucleares “podrían exterminar varias veces la población del mundo”.
LOS EXILIADOS, DIVIDIDOS
El exilio cubano en Miami se mostró dividido ante el impacto del concierto de Juanes en La Habana, por considerar algunos que fue una “ventana abierta” para el pueblo de Cuba y otros un triunfo para el régimen castrista.
Pepe Hernández, presidente de la influyente Fundación Nacional Cubano Americana, dijo a Efe que fue muy positivo y en especial para la nueva generación de cubanos, porque escucharon música y mensajes de paz, amor y hasta de libertad. Por otro lado, Ninoska Pérez, directiva del Consejo por la Libertad de Cuba, afirmó que el concierto fue una “gran farsa para dar una imagen de la isla que no es real.