Tras varios días en los que los pellets de plástico han continuado extendiéndose por la costa gallega y han llegado a playas en Asturias, Cantabria e incluso la costa francesa, la Xunta ha decidido elevar el plan territorial de contingencia por contaminación marina accidental (Camgal) al nivel 2, lo cual permitirá que el Gobierno central ponga a disposición más medios para limpiar los arenales.
La decisión la ha dado a conocer este mediodía el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, que ha asegurado que "si es el requisito" que se está pidiendo para que el Gobierno central colabore en la limpieza de estos residuos plásticos, la Xunta no tiene "ningún problema en hacerlo".
Esta ha sido la petición de partidos políticos como PSOE, Sumar, Podemos o BNG, que han sido muy duros con la gestión de la Xunta.
El delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, desde primera hora calificó de "error" la decisión de no elevar la alerta y la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, acusó a la Xunta de Galicia de no pedir ayuda y advirtió de que "la gestión hubiera sido diferente" si no hubiera "precampaña electoral".
El presidente gallego, por su parte, ha aventurado que si este vertido se hubiera producido en otra comunidad, "en Cataluña, por ejemplo", el Gobierno "no estaría con los requisitos que están exigiendo para activar su colaboración".
Además, ha añadido que en ese caso "no habrían tardado hasta el 4 de enero" en informar al Gobierno autonómico afectado de la situación y ha reiterado que el Gobierno conocía lo ocurrido con los pellets que cayeron al mar ante la costa portuguesa "desde principios de diciembre".
Lo mismo ha señalado la vicepresidenta de la Xunta y conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, que ha afirmado que ciertos documentos acreditan que el Gobierno portugués informó al Gobierno español el pasado 8 de diciembre sobre la pérdida de contenedores por parte del buque Toconao.
"Nos gustaría saber qué pasó desde ese momento hasta el día 3 de enero, que es la primera comunicación oficial que tiene la Xunta al respecto".
Vázquez se ha defendido a su vez de las declaraciones de este martes de la ministra portavoz, Pilar Alegría, que señalaba que ya el día 13 de diciembre la Xunta era conocedora de la llegada de pellets a las costas gallegas a través de una comunicación del 112 Galicia, y desde el Parque natural de Corrubedo, dependiente del gobierno autonómico, también conocían la situación y dieron incluso avisos a distintos municipios sobre estos vertidos.
"La Xunta actúa en el día a día y el 112 recibe una media de 2.600 llamadas al día. De esas, multiplicadas por los 365 días, unas 1.500 están relacionadas con residuos. Hay un protocolo y lo que se hace es trasladarle al organismo competente, a Sasemar, que depende del Estado, y se le notifica al municipio, que tiene la obligación de hacer esa recogida. Luego Sasemar hace o no hace la investigación", ha explicado la conselleira.
Vázquez ha dicho que no fue hasta el día 4 de enero cuando se informó a la Xunta de la pérdida de contenedores y se confirmó que los pellets procedían del buque Toconao.
"No se puede poner en marcha el plan Camgal ni por un saco ni por cinco. Ahora, sí que se tiene que poner en marcha por mil sacos de 25 kilos, porque son miles de partículas", ha defendido.
Ante esta situación, desde la Xunta emplazan al Gobierno central a combatir la contaminación en el mar, "que es donde se tiene que hacer ese trabajo".
Mientras, los pellets, que en la jornada de ayer ya llegaron a Asturias, han aparecido también este martes en Cantabria y, según algunas informaciones, están ya en el País Vasco y en la costa francesa.
Tanto Galicia, como Asturias, Cantabria y País Vasco tienen activados el nivel dos de su Plan Especial de Emergencia por contaminación marina.
En Galicia solo han recogido por ahora un 10 % de los 1.000 sacos que llevaba el contenedor que perdió el buque en aguas portuguesas, un trabajo que realiza un dispositivo conformado por hasta 200 operarios de la Xunta, a los que se sumarán otros cien en los próximos días, a la espera de la "ayuda extra" que proporcionará el Gobierno central.
Según ha informado desde la Xunta la recogida en los próximos días, y al menos hasta el sábado "será mínima", ya que se prevé que las corrientes marinas "están empujando los plásticos hasta los arenales.
Mientras, voluntarios de diferentes organizaciones vigilan y limpian los distintos arenales "con medios caseros", y organizaciones medioambientales piden "mayor coordinación entre administraciones".
Precisamente hoy, Ecologistas en Acción ha presentado una demanda penal en el Juzgado de Noia (A Coruña) contra la empresa armadora propietaria del buque portacontenedores Toconao, con bandera de Liberia, así como contra su capitán.
El vertido ha armado un gran revuelo político. Desde Sumar han decidido interponer una demanda a la Xunta de Galicia por "inactividad" y "falta de ejercicio de las competencias" autonómicas ante esta catástrofe ambiental y han pedido la dimisión del conselleiro do Mar, Alfonso Villares.
Por su parte, la portavoz nacional del BNG y candidata a la presidencia de la Xunta, Ana Pontón, también ha sido muy crítica y ha acusado a Rueda de no elevar en un principio el nivel de alerta "por una cuestión electoral"; mientras que el portavoz del BNG en el Congreso, Néstor Rego, ha tildado de "absolutamente irresponsable" la actitud de Alfonso Rueda, inmerso, en su opinión, en una "marea de mentiras y manipulaciones".
Además, la candidata de Podemos Galicia a la Xunta de Galicia, Isabel Faraldo, ha presentado una denuncia en los juzgados de Noia (A Coruña) al entender que se ha cometido un delito contra la salud pública; mientras que el candidato del PSdeG-PSOE a la presidencia de la Xunta, José Ramón Gómez Besteiro, ha acusado a Alfonso Rueda de "mentir" a los gallegos y "ocultar" la crisis ambiental que está provocando la llegada de pellets de plástico a la costa.
Ante tales acusaciones, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha advertido de la "utilización política" que se está haciendo del vertido de pellets y ha acusado al Gobierno de intentar "intoxicar" con este asunto y de "tomarse a los gallegos por personas poco inteligentes".
Mientras, desde la Xunta insisten en que tras los informes encargados por Medio Ambiente no se puede constatar que exista "toxicidad" en los pellets y que, por lo tanto, no son sustancias peligrosas porque los materiales son utilizados para la fabricación de objetos plásticos "destinados a entrar en contacto con los alimentos".
Ahora bien, admiten que, como todos los plásticos, "son nocivos para el medioambiente" y por ello deben retirarse.
Desde la Fiscalía de Medio Ambiente han abierto diligencias preprocesales para investigar si, efectivamente, el vertido de pellets en las costas gallegas pudiera ser tóxico.