Las cuidadoras mayores dedican más del doble de tiempo a la tarea que los hombres

Las mujeres cuidadoras mayores de 65 años dedican una media de 6,8 horas diarias (7,1 el fin de semana) a estas tareas y las extienden a otros miembros de la familia además de la pareja, mientras los hombres cuidadores destinan 3,1 horas (3 los sábados y domingos) y se limitan al ámbito conyugal.

El informe "Impacto de la enfermedad crónica en mujeres mayores cuidadoras" de la Universidad Complutense que ha presentado este jueves la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP) arroja una "elevada" sobrecarga en este colectivo, que es alta" en un 33 % y "muy alta" en el 35 %.

Como consecuencia, las mujeres cuidadoras son quienes menos tiempo encuentran para ellas mismas (4,9 horas), algo menos de la mitad que el que se dedican las no cuidadoras (10,1 horas) y también menos del que disponen los hombres (7,6 horas).

Por contra, son las que más dedican, además de a los cuidados, a las tareas domésticas (5,3 horas), muy por encima de los hombres (2,4 horas) y de las mujeres no cuidadoras (2,7 horas), tanto en días laborales como en días festivos o fines de semana.

Atendiendo solo a los cuidados, este grupo emplea una media de 6,8 horas diarias y los hombres 3,1 en días laborables. Los fines de semana sube a 7,1, frente a las 3 de ellos.

El 83 % de las personas cuidadas por mujeres viven en el mismo domicilio, y lo más frecuente es que sean su pareja (68 %), seguidas de la madre o suegra (15 %), los nietos (10 %) y otros familiares (7%).

Pero el cuidado de la pareja es especialmente predominante entre los hombres (92 %), lo que corrobora "la carga desproporcionada que asumen las mujeres, quienes no solo diversifican los tipos de cuidados, sino también amplían su alcance hacia redes familiares más amplias", subraya el documento.

La mayor parte de los cuidados son personales, como ayudar a lavarse, acostarse, levantarse, vestirse y alimentarse, al que los hombres dedican el 80 % del tiempo (y el 20 % restante a labores domésticas) en comparación con el 60 % de las cuidadoras, que ocupan el 40 % en tareas del hogar.

Esta falta de tiempo para sí mismas se refleja además en una menor adherencia a los tratamientos: las cuidadoras son, de nuevo, las que más incumplen con su medicación, que solo sigue a rajatabla el 64 %, y un 18 % reporta olvidos frecuentes o irregularidades en la toma de medicación.

Mientras, el 78 % de las no cuidadoras siguen rigurosamente su y son las que más atención prestan al seguimiento de su enfermedad crónica: un 82 % está pendiente de citas médicas, chequeos y vacunaciones, frente al 71 % de las cuidadoras y el 65 % de los hombres.

En cuanto a las acciones generales para llevar una vida más saludable, como realizar ejercicio, mantener una dieta equilibrada o evitar hábitos nocivos, las diferencias entre perfiles son menos claras.

Por ejemplo, seis de cada diez mujeres realiza algún tipo de actividad física, pero solo un 48 % de las cuidadoras practica deporte de manera regular, en comparación con el 72% de las no cuidadoras. En los hombres, por su parte, el porcentaje se reduce al 45 %.

Todo lo cual hace que las cuidadoras perciban un peor estado de salud: el 31 % lo califica de "malo" o "muy malo", en comparación con el 20% de las no cuidadoras y el 17 % de los hombres.

Por el contrario, el estudio rechaza que la doble condición de ser mujer y cuidadora implique un peor estado de la salud mental, aunque sí que es atribuible a algunas dolencias concretas; así, un 62 % reporta niveles significativos de estrés, frente al 47 % de las no cuidadoras y al 38 % de los hombres.

Los trastornos de memoria, relacionados con el mayor nivel de estrés, también son más frecuentes en las cuidadoras (28 %) que en las no cuidadoras (18 %) y los hombres (15 %).