Ayudará a conocer mejor los procesos de hielo y deshielo que condicionan las variaciones del nivel del mar a escala global
Un equipo internacional de científicos, liderado por la Universidad de Granada, estudiará por primera vez las propiedades eléctricas del manto terrestre profundo bajo la Antártida, lo que ayudará a conocer mejor los procesos de hielo y deshielo que condicionan las variaciones del nivel del mar a escala global.
Se trata del proyecto Goleta, cuyo objetivo principal es determinar la influencia que los procesos de ajuste isostático asociados a las fases de hielo-deshielo puedan tener en la distribución de las propiedades eléctricas del manto astenosférico bajo la Antártida, informa la Universidad de Granada.
Los procesos de hielo y deshielo en la Antártida son los principales responsables de las variaciones del nivel del mar a escala global. Estos procesos llevan asociados un aumento o disminución del espesor de la capa de hielo situada sobre el continente antártico.
A su vez, las variaciones de espesor de la capa de hielo tienen influencia en el comportamiento del manto terrestre, de manera que producirán la flexión descendente o ascendente de la parte rígida del manto, conocida como litosfera, por aumento o disminución del peso que soporta (ajuste isostático).
La astenosfera, situada bajo la litosfera, es la capa más profunda del manto terrestre y se comporta de forma plástica-viscosa, explican los investigadores.
El hundimiento de la litosfera como consecuencia del aumento de espesor de la capa de hielo producirá el aplastamiento de la astenosfera y el flujo divergente de la misma debido a su comportamiento plástico, mientras que los procesos de deshielo producirán el efecto inverso, es decir, un ascenso de la litosfera y el flujo en sentido inverso de la astenosfera.
En ambos casos, el flujo condicionará las propiedades eléctricas del manto astenosférico marcando una dirección preferente de conductividad eléctrica.
Lo previsible es que en las zonas tectónicamente estables de la Antártida, esa dirección de mayor conductividad sea radial al hundimiento y elevación isostáticos. Sin embargo, en zonas tectónicamente activas, esa dirección radial debe estar modificada por los procesos tectónicos, cuya influencia también queda reflejada las propiedades físicas del manto.
El principal método geofísico aplicado en este proyecto es el método magnetotelúrico, que se basa en la medida simultánea de los campos eléctrico y magnético naturales que oscilan en la superficie de la Tierra.
Este método permite estudiar la estructura de la Tierra a profundidades de hasta varios centenares de kilómetros en función de sus propiedades eléctricas.
En la campaña antártica 2021-2022 se realizaron las primeras medidas en las Islas Shetland del Sur y el extremo noreste de la Península Antártica, mientras que durante la campaña 2022-2023 se han instalado equipos fundamentalmente en el transecto latitudinal de la Península Antártica, zona clave para alcanzar los objetivos del proyecto por ser la que corresponde a la parte más continental.
De forma complementaria al objetivo principal del proyecto, se han adquirido datos en numerosos puntos de la Isla Decepción con el fin de determinar la estructura eléctrica de la misma y la localización de reservorios magmáticos o hidrotermales.
En el proyecto hay también involucrados investigadores del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (ICAT-CSIC), el Instituto Geológico y Minero de España (CSIC), las Universidades Autónoma y Complutense de Madrid, la Universidad de Frankfurt, el Instituto de Geofísica de la Academia Checa de ciencias, el Dublin Institute for Advanced Studies y el Instituto de Ciencias del Mar.