Un hombre de 42 años, acusado de asesinar a su pareja, que tenía 20 años y a la que dejó abandonada en un centro de salud tras haberle asestado ocho puñaladas
La Fiscalía ha pedido en sus conclusiones provisionales 25 años de prisión para un hombre, de 42, acusado de asesinar a su pareja, que tenía entonces 20 años y a la que dejó abandonada en un centro de salud de Dúrcal (Granada) el pasado 14 de agosto de 2018 tras haberle asestado ocho puñaladas en un coche.
Según recoge el escrito de acusación, al que ha tenido acceso Efe, el Ministerio Público considera que Mustapha B. -que será juzgado por un jurado popular en la Audiencia de Granada a partir del 8 de marzo- causó la muerte a la víctima "por el hecho de ser mujer" y culminó de esta forma "un acto de dominio y superioridad sobre ella".
La Fiscalía, que además de la pena de cárcel solicita para el procesado la pérdida de la patria potestad sobre el hijo que tenía con la joven y la prohibición de acercarse a él a menos de 500 metros y de comunicarse por cualquier medio durante 30 años, explica en su relato que la relación había comenzado en 2013.
Cuando la chica cumplió 18 años, la pareja inició la convivencia en un domicilio de Dúrcal (Granada), en cuyos alrededores, sobre las medianoche del 14 de agosto de 2018, el acusado conducía un vehículo, acompañado de ella, que iba situada en el asiento del copiloto.
En un momento dado, con el evidente propósito de causarle la muerte, indica la Fiscalía, el hombre esgrimió un cuchillo y se lo clavó hasta en ocho ocasiones.
La joven no pudo defenderse en forma alguna por lo "repentino e inesperado" de la acción, ya que la forma de proceder del procesado "eliminó la posibilidad de reacción" de la víctima.
A consecuencia del ataque resultó con distintas heridas en labios, cuello, hombros, mano, antebrazo y muñeca, y concretamente una de ellas llegó a perforarle un pulmón y el corazón, lo que le provocó la pérdida masiva de sangre y la muerte por choque hipovolémico y rotura cardíaca.
Sobre las 0.20 horas, el acusado, de nacionalidad marroquí, llegó en el vehículo con su pareja al centro de salud de Dúrcal tocando el claxon y, cuando salieron a su encuentro el médico y el celador de guardia, les gritó que la curaran.
A preguntas del facultativo sobre el origen de las lesiones, el procesado le manifestó la palabra "puñalada" y se marchó corriendo instantes después, cuando los sanitarios -que no pudieron hacer nada porque la chica ya había fallecido- se dispusieron a avisar a la Guardia Civil.
Según la Fiscalía, el acusado, que tiene "intactas" sus capacidades intelecto-volitivas, causó la muerte de su pareja "por el hecho de ser mujer" y culminó "un acto de dominio y superioridad sobre ella," ya que desde el inicio de la relación había sido frecuente que le gritara y dirigiera improperios.
El Ministerio Público considera que estos hechos constituyen un delito de asesinato con alevosía, con las circunstancias agravantes de parentesco y de género.