Desde hace unos días, el aire huele a verano desde el amanecer. La primavera empieza caldeando la tarde, aromando la noche con el olor a mata seca que el blancor de la luna de mayo acentúa y se lleva con ella hasta desaparecer. Cuando esto sucede, la mañana brilla bajo el azul perfumada con este olor tan isleño que nos empuja a disfrutarlo caminando por los senderos o dejando que la arena nos raspe los pies.
Y se nos pega la galbana, las pocas ganas de los jóvenes a dar el último empujón a los exámenes, la soñarrera que ni el agua fría espanta. Si embargo, el cuerpo nos pide el aire y la luz que han desterrado al frío, mientras la primavera deja paso al verano. Por ello, cualquier enlace relacionado con la estación entrante muestra color en casi todo, insiste en los productos para el cuidado de la piel, partiendo de la protección solar y de las redes sociales caen los hilos referentes a los cuerpos normativos, los que nada se relacionan con las leyes y reglamentos, aunque estos se vean obligados a compartir titulación.
Los cuerpos normativos actuales son los esbeltos, los delgados, los definidos. Así los refiere la joven
@VeganaMutante en su hilo de twiter, llamada ahora X, para referirse a las proporciones, es decir, uno puede pesar y medir lo mismo que un cuerpo normativo o válido -el de un famoso disimuladamente vigoréxico- y no tener las mismas proporciones. Sus líneas tienen la intención de acabar con los prejuicios y en especial con las sentencias de la báscula. Es muy aclarativo, sin embargo, cuando leemos estas reflexiones, muy buenas en su mayoría, nos seguimos haciendo las mismas preguntas, aunque tengan tantas respuestas como lectores, a saber, quién dicta las normas para la validez de un cuerpo, cuáles son, por qué el cuerpo de una persona gruesa y proporcionada no es válido y mucho menos normativo.
Las imágenes, las firmas de diseño o este mismo hilo twiter o nos contestan cuando llega el verano, porque con la liviandad de los tejidos, por ejemplo, la anatomía queda más expuesta. Por eso, gusta comprobar que cada vez hay menos prejuicios al enseñar un abdomen no tan liso en un vestido
cut out, que el del bikini no tiene edad y se disfruta con la misma naturalidad que los michelines, que los pantalones cortos dejan a los largos colgados en la percha, que las camisas de flores no sólo se usan en el Caribe, que cumplimos veranos regalándonos momentos revividos con el entusiasmo relajado que nos aporta la experiencia.
Ilusionados esperamos lo cantado por Juan Ramón Jiménez en este par de versos,
las noches estrelladas, redondas, estivales, prolongan, a deshora, música y farolas.