La española Carolina Marín se ha alzado este domingo con la victoria final en el Másters de bádminton celebrado en la ciudad francesa de Orléans tras deshacerse en el duelo por el título de la estadounidense Beiwen Zhang en tres sets (25-23, 9-21 y 21-10).
Encaraba Marín la cita con la confianza que le daba ser la cabeza de serie número 1 y haber superado todas las rondas previas sin haber cedido ni una sola manga. Enfrente, una jugadora que inició el evento como la sexta favorita y con la que tenía un balance positivo de 6-2.
Comenzó el partido accidentado para Carolina, con cambio de raqueta y 1-4 en contra de salida. Respondió a la adversidad apretando a su rival, que encontró en la red un muro donde fueron muriendo sus intentos de forma consecutiva hasta que se situó por detrás 5-4. A partir de ese momento se vio a la española más sólida, pasando del 6-6 al 12-6 y alargando esa dinámica hasta el 16-10.
Ahí falló a la hora de ajusticiar en la red a Zhang en un punto y revivió esta, firmando un 0-5 que incluyó un largo intercambio de impactos para ponerse solo uno abajo. Esa capacidad de agarrarse a la pista siguió mostrándola hasta un desenlace del set donde pidió paso el juego psicológico. Lo tuvo en su mano la estadounidense, que no pudo concretar las tres oportunidades seguidas que tuvo para cerrarlo. Tampoco lo logró Marín a la primera, pero sí a la segunda (25-23).
? TENEMOS ???????? ?@CarolinaMarin supera una durísima final ? Beiwen Zhang (25-23, 9-21, 21-10) y conquista el ? del @OrleansMasters.
— ? Bádminton España (@BadmintonESP) April 9, 2023
Primer título del año para nuesta ????????.
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? ¡¡ENORME, CAROLINA!! pic.twitter.com/YkUq7Pc2rl
El revés anímico hubiera pasado factura a cualquiera, aunque no a Zhang. Lejos de hundirse, salió a la pista dispuesta a aplastar a su oponente. Rápida de piernas, omnipresente e inquebrantable; no dio concesión alguna hasta el noveno punto y acto seguido le sumó un parcial de 0-6 para dejar el marcador en un sorprendente 1-14. Aquello fue demasiado incluso para Carolina, que al menos exhibió carácter a fin de minimizar el daño (9-21).
El tercer y definitivo set empezó con alternativas, aprovechando la andaluza sus servicios para bajar las revoluciones al choque entre los toques de atención de la jueza. Zhang, concentrada, aguantó en ese contexto hasta el 8-10. Y a partir de ahí, se evaporó. El grito helador con el que Marín celebró el 10-10 fue el primer signo de una tempestad que arrasó con todo. Recuperando el espíritu de sus mejores tardes, no cedió ni un solo punto más (21-10).
Es el broche de oro a un torneo que sirve para meter bidones de gasolina en la mochila de la jugadora onubense, pletórica durante toda la semana y que levanta su segundo trofeo tras superar una larga lesión. En progresión ascendente, una nueva escalada hacia el Olimpo sigue su curso.