Debido a la gran afluencia de personas en situación de crisis social que pide ayuda a la Cruz Roja a través del Servicio de Información y Orientación (SIO), se ha detectado un elevado número de usuarios y usuarias en una situación de desbordamiento generalizado y un alto nivel de estrés que les crea dificultades en diversas áreas de sus vidas. Por este motivo, además de sus programas de empleo, atención social y lucha contra la pobreza, Cruz Roja Huelva está poniendo en marcha este servicio que tiene el objetivo de dar respuesta a las necesidades psicosociales de estas personas.
Hasta el momento, Cruz Roja cuenta con 15 voluntarios para sacar adelante este programa que se desarrollará a través de entrevistas personalizadas en profundidad para detectar las necesidades de las personas afectadas, que después serán derivadas a diferentes talleres diseñados para ayudarles a superar su situación de desbordamiento.
Esta acción está dando sus primeros pasos mediante una experiencia piloto en la que se están llevando a cabo dos talleres, uno de control de estrés y técnicas de relajación, y otro de resolución de conflictos relacionados con la violencia intrafamiliar para núcleos familiares con hijos adolescentes, talleres con los que se persigue enseñar las habilidades necesarias para canalizar la ansiedad y enfrentarse a situación de conflicto.
La atención se sustenta en la formación y la experiencia del equipo de la ERIE de Cruz Roja Huelva, el primero que se creó en Andalucía y uno de los nueve que existen en toda España, que ha atendido a los afectados de numerosas situaciones traumáticas, entre las que lamentablemente destacan los atentados del 11M en Madrid, el trágico accidente de autobús de La Palma del Condado, en el que murieron 24 personas; el devastador fuego de Berrocal o el incendio en una vivienda de la capital en el que fallecieron dos niñas. Además, el dispositivo prestó apoyo a los familiares de un marinero desaparecido y encontrado ahogado días más tarde en Punta Umbría, así como a los allegados de bañistas que perdieron la vida en Mazagón y La Bota y de varios jóvenes que fueron arrastrados por la corriente en el puente del Ajolí.
El accidente de Barajas o el terremoto de Lorca son otras de las intervenciones más importantes del equipo onubense, que también prestó atención psicológica a los familiares de un joven onubense que perdió la vida haciendo submarinismo en la playa de Bolonia, en Tarifa. También intervino el 20 de diciembre de 2006, tras el accidente del autobús de aficionados del Recreativo en el que murieron cuatro personas y resultaron heridas más de 30. También participó en el dispositivo de ayuda a las víctimas del terremoto de Perú, en el naufragio del Nuevo Pepita Aurora en Barbate, ayudó a la familia de la pequeña Mari Luz Cortés tras la desaparición de la pequeña.