J.M.M.A., un ciudadano angoleño acusado de la muerte del que era su compañero de chabola, el 31 de marzo del 2011, tras propinarle numerosos golpes con una pala, ha asegurado que actuó para defenderse de una agresión previa de la víctima y movido por el miedo.
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Huelva ha acogido esta mañana la primera sesión del juicio contra esta persona, que se celebra por el procedimiento de la Ley del Jurado.
El acusado, que se ha confesado alcohólico, como también lo era la víctima, ha indicado que ambos eran amigos, pero la relación comenzó a deteriorarse cuando el fallecido se trasladó a la chabola que la que él vivía, convirtiéndose lo que, en principio, eran unos días en más de tres semanas tras las que le conminó a irse.
Ha señalado que la víctima se negó a su petición y que comenzaron las discusiones, en incluso "amenazas" hacia su persona, que tuvieron su punto álgido el día de los hechos cuando "tras ser agredido" por el fallecido alcanzó una pala que había en el suelo de la chabola y le propinó "unos tres golpes".
J.M.M.A. mantiene que fue la víctima la primera en agredirle y que "por suerte" estaba la pala a su alrededor ya que "el golpearle fue la única opción que tuvo para salir de la chabola en la que lo tenía acorralado".
Ha asegurado que "no vio que cayera al suelo" porque "salió corriendo" para dirigirse al cuartel de la Guardia Civil al objeto de que mediara en la situación: "No lo golpeé con intención de matarle, tenía miedo, y no me enteré de su muerte hasta dos días después".
Asimismo, no ha acertado a decir quién de los dos "estaba más borracho" y ha asegurado que "no padece" ningún transtorno mental, "reaccioné así porque me había pegado".
En la sesión de esta mañana también ha declarado otra persona que fue compañera de chabola de ambos por algunos meses quien ha destacado que los dos "en fresco" eran "muy de apreciar" pero cuando bebían mantenían discusiones frecuentes.
La madre y la hermana de la víctima también se han sentado ante el jurado popular confirmando su alcoholismo pero negaron que fuera una persona agresiva ni siquiera cuando bebía.
La Fiscalía ha solicitado para el acusado la pena de 16 años y 6 meses de cárcel por un delito de asesinato y una indemnización de 74.305,87 euros, en concepto de responsabilidad civil para la madre de la víctima.
Por su parte la acusación particular ha solicitado 25 años de cárcel, al no entender como lo hace el fiscal que se le puedan aplicar las atenuantes de actuar bajo los efectos del alcohol y la de confesión, por el hecho de haber ido a la Guardia Civil, y eleva la indemnización hasta los 123.000 euros.
La defensa por su parte considera que actuó bajo enajenación mental transitoria y los efectos del alcohol y considera que sí ha de tenerse en cuenta que se presentara ante la Guardia Civil, por lo que considera que no procede imponer pena por los hechos y que, de no ser así, tan sólo le corresponderían 2 años y seis meses de cárcel por un delito de homicidio.
