El club lepero pasa una de sus situaciones más complicadas en lo que a la economía se refiere en sus 58 años de historia
El club lepero pasa una de sus situaciones más complicadas en lo que a la economía se refiere en sus 58 años de historia, aunque se ha podido mitigar este año en parte gracias a la gestión realizada por la junta directiva presidida por Francisco Manga, que aplicó una política de ajustes y búsqueda de patrocinadores privados que ha conseguido mitigar en parte su deuda.
De los dos años que los inversores ingleses controlaron el club, en el que aún son mayoría en su accionariado, quedó una deuda que nunca se ha cuantificado, aunque el último dato estimativo hecho público en 2012 era de unos 600.000 euros.
Para mitigarla, se intentó aplazar el pago de la mayor parte, correspondiente a cuotas de la Seguridad Social, más de 400.000 euros, aunque las gestiones no avanzaron lo suficiente, hasta el punto de que hace tres semanas le fue embargada la taquilla, durante el partido de la primera eliminatoria de ascenso a Segunda B, contra la UD Almansa.
De forma paralela, la actual directiva del club asumió el reto de enjugar una deuda de 200.000 euros en un periodo de cuatro años, con la premisa de reducir unos 50.000 euros por temporada, unos números que, en su primer año, casi se han conseguido, además de que se ha podido llegar a finales de junio con solo un pago pendiente con la plantilla.
Pero todo ello ha habido que hacerlo aplicando la fórmula de que la plantilla sanroquista está formada por jugadores que ni viven ni entrenan en Lepe, salvo algunos casos muy concretos, lo que ha reducido en buena parte el presupuesto destinado a desplazamientos y alquileres de viviendas para la plantilla.
Enfrente de toda esta gestión, en lo deportivo, se ha colocado el entrenador sevillano Alejandro Ceballos, artífice del ascenso del año 2010, que ahora ha vuelto a colocar a su equipo en Segunda B, un año después del descenso.
Mientras se planifica la temporada, con el matiz de que habrá que presentar un aval del presupuesto antes de empezar a competir, el equipo será recibido mañana en Lepe, y se comenzará a preparar una campaña de socios que pretende ser la más agresiva de la historia, con el fin de que la masa social cubra una buena parte del necesario presupuesto.