El tribunal de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Huelva ha condenado a un hombre a tres años y nueve meses de prisión por un delito de robo con fuerza en establecimiento abierto al público fuera de las horas de apertura en una cafetería de Cartaya, donde sustrajo 300 euros en metálico, un ordenador, cámaras de foto y vídeo y botellas de alcohol, tasados en más de 1.000 euros y causó daños valorados en más de 700 euros.
Según reza en la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, el tribunal considera probado que en la madrugada del día 22 de mayo de 2016 el condenado accedió a un establecimiento de hostelería en la localidad por la parte trasera, a través de una terraza, y tras escalar una pared descendió por una escalera hasta el patio interior donde, tras forzar por el método de la palanca varias puertas para acceder al local sin conseguirlo, forzó la reja de forja de la ventana del baño femenino que daba al patio, tras lo cual abrió la hoja de cristal y accedió a la zona de barra.
En la misma, una vez dentro, revolvió el mobiliario, armarios, cajones, cajas, estantes y la caja registradora, logrando encontrar y sustraer 100 euros en monedas de la caja registradora y 200 euros que había ocultos en una caja tras la barra procedente de la recaudación de la máquina de tabaco.
También se apoderó de un ordenador portátil, de una cámara de fotos, de otra de vídeo y de botellas de alcohol, tasados pericialmente en 1.100 euros, y causó daños en las cerraduras, bombines, manetas, marcos y vástagos de las puertas, reja de una ventana, mobiliario y en la caja registradora, que fueron tasados en 733 euros, unas cantidades a las que el perjudicado ha renunciado al ser indemnizado por su compañía de seguros.
Este hombre, que está ejecutoriamente condenado hasta en cinco ocasiones por delito de robo con fuerza ocurriendo estos hechos durante el periodo de suspensión de la ejecución de varias condenas anteriores, estuvo en prisión preventiva por esta causa desde el día 27 de mayo de 2016 hasta el día 26 de septiembre.
Además, fue visto por el padre del propietario, que declaró los hechos ante la Policía Local cuando ocurrieron pero que ya había fallecido cuando se celebró el juicio. Al respecto, aseguró ante los agentes que acudió al bar porque le avisaron desde la central de alarmas y que al llegar y abrir la puerta lo vio dentro del la barra, quien al percatarse se quedó sorprendido y salió corriendo. Sobre el mismo no dudó, ya que aseguró "conocerlo de toda la vida".
Esta declaración estuvo avalada además con el testimonio de su hijo y propietario del negocio, quien relató que esa mañana recibió una llamada de su padre diciéndole que lo habían avisado de la central de que alguien había entrado en el bar y que cuando fue al local a comprobar qué pasaba, se topó con el condenado, identificándolo sin duda alguna, ya que "era muy amigo" del padre del autor de los hechos.
A su vez, él personalmente lo corroboró con la imágenes de las cámaras que le cedió la empresa de seguridad, declarando que una vez que las vio, inmediatamente reconoció a esta persona. "Lo conocemos de toda la vida", añadió.
Por su parte, el Ministerio Fiscal solicitó en un principio la pena de cuatro años y medio de prisión por un delito de robo con fuerza en las cosas.