Nervios, coches a la deriva, personas atrapadas, viviendas y comercios anegados y un feroz río de barro corriendo por el centro de Nerva. Este es el retrato que dejó este jueves la borrasca Elsa en la localidad minera, que ha sufrido el peor azote del temporal a su paso por España.
A primera hora de la mañana empezaron a circular los primeros vídeos por las redes sociales. Pronto la noticia ya era viral, el centro de Nerva estaba completamente inundado y el agua avanzaba a toda velocidad arrastrando coches, veladores y todo tipo de mobiliario urbano a su paso. El agua empujó también varios maniquíes, que provocaron la inicial alerta ante la posibilidad de que se tratase de personas.
La riada sorprendió a algunos vecinos que quedaron atrapados. Según informó el Consorcio Provincial de Bomberos, varias personas tuvieron que ser rescatadas de sus coches y otras dos de sus domicilios, localizados en la avenida de Andalucía.
A pesar de la virulencia de la riada, que llegó a alcanzar un metro y medio de profundidad, no ha habido que lamentar daños personales. Los daños materiales, por contra, llenan un largo listado.
El alcalde de Nerva, José Antonio Ayala, ha calificado la inundación de “catastrófica” y ha explicado que la virulencia del temporal ha tenido un aliado en Nerva, la situación del antiguo cauce del arroyo Santa María. En este sentido, Ayala explica que la falta de vegetación en la zona por el incendio que azotó a Nerva, hace que no haya ningún tipo de barrera para frenar la fuerza del agua, que ha campado a sus anchas por aproximadamente un kilómetro de la localidad.
Por su parte, el jefe de Operaciones del Consorcio Provincial de Bomberos, José Manuel Correa, ha apuntado que “el taponamiento del arroyo con restos de poda” ha hecho que “el agua salte por encima”.
Especialmente, la riada ha ha afectado a la avenida de Andalucía, las calles, Cazorla, Roma, Colón, la plaza de la Reina o la avenida de Reu. El primer edil ha indicado que el agua ha entrado en el propio Ayuntamiento, en comercios y que incluso hay coches que se han empotrado contra el teatro del municipio.
Ante esta situación el Consistorio mantiene abierta una oficina para recopilar los daños, toda vez que el alcalde ha pedido a todas las administraciones ayuda para intentar abordar la cuestión del cauce, ya que ésta no es una competencia municipal. “Desde el Ayuntamiento hemos incidido muchas veces en la necesidad de actuar”, ha proseguido Ayala.
La primera Administración en ofrecer su ayuda económica ha sido la Diputación, que ha anunciado que pondrá a disposición del Ayuntamiento de Nerva una partida extraordinaria de 30.000 euros para hacer frente a los daños. Asimismo, el presidente de la Diputación, Ignacio Caraballo, que visitó la zona inundada, ha pedido a la Junta de Andalucía que ponga “encima de la mesa una partida económica” para el pueblo.
También la secretaria general del PSOE-A, Susana Díaz, ha sido contundente a la hora de abordar el tema, reclamando a la Junta que ponga en marcha “cuanto antes” la corrección hidrológico forestal del arroyo de Sana María. El anterior Gobierno socialista, ha recordado, “dejó comprometidos” para este año 500.000 euros para el proyecto, “que hasta la fecha no se han ejecutado”.
El presidente del Gobierno autonómico, Juanma Moreno, ha garantizado su “apoyo y colaboración absoluta” con todas las instituciones implicadas en poner medidas tras la inundación.
“Tenemos alguna acción que vamos a poner en marcha en breve para evitar en lo posible que estas circunstancias puedan repetirse”, ha asegurado Moreno.
Aunque Nerva ha sido con diferencia la más perjudicada por el paso de Elsa por tierras onubenses, la localidad no ha sido la única afectada y el servicio de Emergencias 112 ha gestionado más de una treintena de incidencias relacionadas con el viento y la lluvia en la provincia desde las 00.00 a las 10.00 horas de este jueves.
Localidades como la propia capital onubense, Aracena, Calañas, La Granada de Riotinto, El Campillo, Almonaster la Real o Valverde han sufrido anegaciones de viviendas y garajes, balsas de agua en la calzada y caídas de árboles y mobiliario urbano.