Cepsa Refinería La Rábida ha destinado un total de 845.000 euros a la colocación de analizadores por duplicado en sus chimeneas, puntos de medición y control de las emisiones, con el objeto de que "nunca se deje de medir puesto que si falla uno, el otro sigue operativo". Esto también garantiza la fiabilidad y el suministro de los datos, que se remiten a la administración en tiempo real.
Así lo ha puesto de manifiesto en una entrevista a Europa Press el responsable de Medio Ambiente de Cepsa Refinería La Rábida, Antonio García, que, junto a su homólogo en la planta Cepsa Química, Alfonso Huerta, ha analizado la situación y valores de las instalaciones.
De este modo, García ha remarcado que estos analizadores están instalados en los puntos más importantes como son las chimeneas de 140 y 120 metros de la refinería, y otros focos, como plantas de azufre.
Se trata, como ha explicado, de tener dichos medidores por duplicado para garantizar que operaciones en los analizadores, como su calibrado, no interrumpe nunca el control y envío de estos datos a la administración.
Además, ha remarcado que la calidad del aire en Huelva se puede considerar "buena" ya que un 97,5 por ciento de los valores diarios registrados en las casetas de la red de calidad del aire se califican por la Administración como buena y admisible frente a un 96,1 por ciento en el resto de Andalucía, según datos de 2018, al tiempo que incidido en que la contribución de la refinería a los niveles medio de inmisión oscila entre el tres por ciento para el SO2 y el 0,03 por ciento para las partículas.
Por su parte, el responsable de Medio Ambiente de la planta química de Cepsa en Palos ha recordado que la inversión para eficiencia energética este pasado año alcanzó los 750.000 euros para proyectos de mejora como el relativo al cambio, de diseño propio, en la operación de una columna de destilación que supone un ahorro energético "muy importante".
Tanto Huerta como García coinciden en que las exigencias medioambientales de Cepsa son tratadas bajo el principio de mejora continua año a año, con una planificación por objetivos que supera un cumplimiento del 95 por ciento de los mismos, como recoge la Declaración Ambiental que elaboran cada año, siendo además auditados por Aenor. De hecho, en 2019 el cumplimiento en la refinería alcanzó el 92,2 por ciento y en la planta química del 98,2.