Es sin duda el escenario más temido en esta crisis sanitaria del coronavirus: un brote en una residencia de mayores. Y lo es porque se trata de la población más vulnerable ante el Covid-19, elevándose las cifras de propagación entre el colectivo que más se quería proteger. Por ello, la Junta de Andalucía ha establecido un protocolo de actuación para intentar frenar ese avance del virus, pero en el caso del brote en la residencia San Joaquín y Santa Ana de San Juan del Puerto parece que algo ha fallado, o al menos así lo entienden algunos familiares, que han mostrado su preocupación a Viva Huelva.
Así, estos familiares relatan que su madre es usuaria de la residencia de San Juan, y que tras originarse el brote de Covid en el centro (el último parte de Salud cifra en 39 los casos), el pasado viernes recibieron un Whatsapp en el que les comunicaban que trasladaban a su madre y a otros tres usuarios que habían dado negativo a la residencia de mayores de La Orden.
“Desde el viernes y hasta este martes no supe nada de mi madre, más allá de lo que me decía por teléfono una secretaria”, lamenta uno de sus hijos, que asegura que por fin pudo hablar por videollamada con ella “tras muchos intentos e incluso acudir a la puerta de la residencia con la Policía Nacional”.
Además, estos familiares aseguran que “los cuatro trasladados a La Orden se suponía que iban a estar aislados”, pero según relatan, los ubicaron a los cuatro “en una sala medicalizada”.
Aunque los cuatro usuarios trasladados dieron negativo inicialmente, el domingo uno de estos mayores dio positivo. De ahí la preocupación de estos familiares, que temen que su madre se contagie, algo nada aconsejable en su situación, pues con 72 años, en septiembre le dio un ictus y está inmovilizada porque tiene medio cuerpo paralizado.
Otro efecto colateral de este protocolo es que ahora no recibe rehabilitación y la cita que tenía para el logopeda (ha perdido el habla tras el ictus) también se ha paralizado.
“Todo esto es desesperante, sobre todo no haber podido comunicarnos con ella y estar todo el día preocupados por si se contagia”, relatan.
A partir de ahora sí podrán volver a tener comunicación diaria con su madre, pero también han tenido que poner los medios, a falta de recursos públicos. Así, van a llevarle un teléfono propio para poder hacer las videollamadas.
Por su parte, fuentes sanitarias confirman que el protocolo antiCovid en las residencias contempla el traslado de los usuarios que den negativo para intentar frenar la propagación del virus. De ahí que diez residentes de San Juan fueran trasladados el pasado viernes a otros centros: cuatro a la residencia de La Orden y seis a la de Tharsis.
De esos diez, tres han dado posteriormente positivo (cada 48 horas se les realizan nuevas pruebas). En estos casos, vuelven a la residencia de origen, si no requieren hospitalización.
En las residencias a las que son trasladados habitan en espacios separados y con personal distinto, para no contagiar a los residentes en caso de que se diera un positivo. Pero claro, según relatan estos familiares, los usuarios que vienen de la misma residencia sí comparten espacio, de modo que sería más fácil el contagio entre ellos.
Las fuentes sanitarias consultadas insisten en que se han cumplido en todo momento los protocolos de seguridad y que todas las actuaciones han ido siempre encaminadas a aislar a los usuarios negativos de los positivos.