La primera conclusión que saca uno después de un partido como el que se ha visto hace unas pocas horas en el Olivo Arena es que merece la pena pagar una entrada solo para ver jugar a Alan Brandi. El argentino, como el buen vino, es mejor a cada año que pasa y ante uno de los colosos del fútbol sala español se empeñó en dar una masterclass a más de 5.000 personas que empezaron el 2023 futsalero como acabaron el 2022: sin poder contener la baba ante el juego de su equipo.
Y eso que el primer compás del partido no fue agradable. Raúl Gómez metió la puntera en un balón raso, a la espalda del equipo amarillo, y pilló a Espíndola yendo a socorrer a los suyos. Fue la única acción interista en los primeros diez minutos de encuentro que fueron de un clarísimo dominio jiennense.
A los que han tragado años de plomo en La Salobreja debe hacérseles muy raro ver a su equipo dominar sin pudor alguno a los empleados de José María García pero lo cierto es que el Olivo Arena ya es una visita al dentista para los madrileños.
César se encargó, desviando un disparo raso, de devolver las tablas al marcador. Pero no duró mucho esa alegría en los rostros jaeneros y es que
la mala suerte parecía empeñada en amargar la previa de San Antón y, en un rechace dentro del área, Rubí desde el suelo fue capaz de enviarla al fondo de la red.
Ni este ni el anterior tanto desconectaron a
la Marea Amarilla que, sobre todo en la primera parte, arrimó el hombro cuando el equipo lo necesitó. No es para menos teniendo en cuenta que los de Dani Rodríguez acumulan con este once partidos sin perder, de los que han ganado nueve y aventajan ya al Movistar Inter en ocho puntos. Casi nada.
No hizo falta esperar al descanso para ver al Jaén Paraíso Interior FS desempolvar el buen juego que han tenido que aparcar durante el parón navideño. César, segundo protagonista inequívoco de la noche,
hizo el empate tras un tuya mía con Mati Rosa que llenó de nervios a más de uno. Y, cuando parecía que el choque se iba al descanso con un premio excesivo para los de Pato,
Alan Brandi se inventó un ángulo que no se encuentra con escuadra y cartabón para mandar a la portería un balón que ya se perdía por línea de fondo.
Fue una pena que llegase el ecuador del choque porque Jaén estaba en modo apisonadora y, por suerte para la capital del Santo Reino, siguió del mismo modo al volver de la caseta. La segunda parte fue de recreo para todo hincha amarilo y es que, al papel dominador que había tenido su equipo, se sumó
una puntería digna de Guillermo Tell. César firmó el tercero en su cuenta particular con una zapato desde la izquierda que tocó en el larguero antes de poner en pie al Olivo Arena y, aunque Raúl Gómez puso algo de incertidumbre al choque con una buena juega individual en la que consiguió recortar distancias, Alan Brandi se hizo fuerte en el área para hacer el equipo y confirmar que la fiesta iba a ser por completo amarilla.
No contento con la exhibición de clase y taconazos que estaba dejando, el pívot argentino puso su rúbrica al sexto aprovechando el rechace de un disparo de Renato para batir contundente. A Pato no le quedó otra que poner en práctica el juego de cinco. De nada le sirvió pues Chino hizo el séptimo desde campo propio y, cuando llegó el último tanto interista, el siete a cuatro final, el Olivo Arena cantaba a pleno pulmón celebrando que su equipo parece indestructible esta temporada.
Por segundo año consecutivo Movistar Inter hincó la rodilla en tierras jiennenses y aquellos que hace solo unos meses pedían la dimisión de Dani Rodríguez se fueron a casa con una sonrisa en la boca a sabiendas de que les toca penitencia.