Tres nuevos videos de abusos sexuales y más víctimas en el ‘caso del pederasta’ de Jaén. Según informaron fuentes del Cuerpo Nacional de Policía, el pasado 31 de diciembre el 091 recibió una llamada avisando de que debajo de un coche había otras tres cintas de video en los que el presunto pederasta, Antonio B. G., que se encuentra en prisión desde el pasado 20 de diciembre, mantenía relaciones sexuales con más niños. El ‘modus operandi’ de esta entrega fue el mismo que permitió detener a este hombre de 64 años hace ahora tres semanas, sólo que en esta ocasión, la voz que avisaba del lugar donde se habían depositado las cintas era de una mujer. Una vez recogidas, fuentes de la Policía Nacional confirmaron que se trataba de grabaciones en las que también aparecía Antonio B. G. con menores distintos a los de las tres primeras cintas, por lo que la Policía sospecha que podrían provenir del mismo ladrón que hace ahora tres semanas entregó las primeras cintas dejando el siguiente mensaje: "He tenido la desgracia de que han caído las cintas en mis manos y me veo en la obligación de presentarlas dejando que ustedes hagan su trabajo y puedan meter a ese... en la cárcel de por vida".


Los agentes de la Unidad de Delincuencia Violenta y Especializada (UDEV) trabajan ya para identificar a los nuevas víctimas. Hasta el momento han sido cinco las personas afectadas, los cuatro menores de las primeras grabaciones y un vecino de la capital que tras conocer los hechos denunció que había sufrido abusos sexuales en el año 1989.

Prisión
El pasado 26 de diciembre, el Juzgado de Instrucción número 2 de Jaén ratificó  la pena de prisión tras prestar declaración en el juzgado. Antonio B. G. fue fundador de la Asociación Juvenil Fénix en el año 1981, cuya sede está situada en la plaza Cruz Rueda.  Según informó la Policía Nacional tras su detención,  “utilizaba su condición de entrenador de fútbol-sala para contactar con los menores”. Los agentes de la Policía Nacional pudieron detener al presunto pederasta después de la llamada del ladrón que entró en su domicilio y que se puso en contacto con el 091 para decirles que había dejado debajo de un coche en la Avenida de Andalucía los videos y una nota.  Según la Policía se ganaba la confianza de los niños en las instalaciones deportivas en las que trabajaba y les convencía para ver juntos películas pornográficas. “Posteriormente, incitaba a los pequeños a masturbarse y finalmente abusaba sexualmente de ellos”, añade la Policía.