El Ayuntamiento de Jaén ha comenzado los trabajos de demolición de los elementos que presentan peligro de derrumbe del edificio en ruina de la calle Almendros Aguilar "con el objetivo prioritario de garantizar la plena seguridad de la zona".
Según ha explicado el concejal de Urbanismo y Medio Ambiente, Javier Márquez, en un comunicado, quien ha explicado que, la empresa encargada de llevar a cabo estos trabajos, espera que puedan estar finalizados en un plazo de en torno a las dos semanas. Además, ha precisado que la fachada de este inmueble ha de mantenerse porque tiene protección ambiental al ser un edificio catalogado (número de catálogo C-7), "por lo que hay que llevar a cabo los trabajos de demolición con cuidado para no afectar a la fachada ni a la vivienda colindante".
Márquez ha lamentado las molestias que se están causando a los vecinos afectados, tanto por los trabajos de demolición como por el corte del tráfico rodado y peatonal de la zona, si bien ha manifestado que lo prioritario y fundamental es garantizar la plena seguridad de los vecinos.
"Pedimos un poco de paciencia para que se lleven a cabo con total seguridad los trabajos de demolición y que se certifique por parte de los técnicos municipales que no haya peligro alguno para los ciudadanos", ha añadido el responsable de Urbanismo.
Junto a estas labores ya iniciadas, sobre todo en la parte interior del edificio, tal y como señalan los informes técnicos, ha explicado que se está a la espera de otro informe de los servicios técnicos municipales sobre el edificio y las causas que han provocado esta situación" por la que varias personas tuvieron que ser desalojadas de manera preventiva este domingo de sus viviendas.
El Ayuntamiento decretó el estado de ruina del edificio, situado en la calle Almendros Aguilar, concretamente del número 17 al 21, "por peligro de desprendimiento" de la parte superior de la fachada, un estado que se vio negativamente afectada por el temporal de viento y lluvia.
No obstante, el Ayuntamiento aún no ha determinado la causa del derrumbe producido el pasado domingo, toda vez que según informaron a este periódico fuentes municipales se estaban realizando informes para determinar si las obras que se realizaban en uno de ellos podrían haber sufrido “un sabotaje” con la intención de derribar el edificio o son consecuencia de “actuaciones negligentes”, pero sin intención de derribarlo.
Las investigaciones se pusieron en marcha una vez que los Bomberos observaron indicios de posibles actuaciones que nada tendrían que ver con la caída de parte del inmueble como consecuencia del viento y de la lluvia, según las primeras estimaciones. Tres personas tuvieron que ser desalojadas de manera preventiva el domingo de sus viviendas.
