Fue el policía que hacía la ronda por la noche en los calabozos de la Comisaria de Jaén el que se dió cuenta a las 3,15 horas. El joven de 35 años, detenido unas horas antes había utilizado una cinta de la manta del calabozo para atar un extremo a un barrote y el otro a su cuello. El agente intentó reanimarlo pero no pudo hacer nada y los servicios sanitarios solo pudieron certificar su muerte. El informe del forense confirmaba que la muerte había sido un suicidio. Aún así la Policía ha abierto una investigación para esclarecer lo sucedido.
Tragedia
Un trágico suceso que tiene su origen en un delito que no llegó a consumarse. Dos días antes de su detención, el joven que ya había sido detenido y condenado por otros hecho en anteriores ocasiones, entró en el salón de juegos de la Avenida de Andalucía, y pidió una cerveza sin alcohol.
Aprovechando que la trabajadora del establecimiento entraba en la cocina la abordó por detrás con un cuchillo de cocina de diez centímetros mientras le pedía todo lo que tuviera en el bolso. La mujer cogió un esprai que tenía en el establecimiento y le roció la cara consiguiendo que huyera sin llevarse nada.
El miércoles por la tarde, sobre las ocho, la Policía lo detenía en su domicilio de Torredelcampo dejándolo detenido en los calabozos de la Comisaría donde era encontrado muertos unas horas después.