El muro trasero de la Catedral de Jaén ha aparecido esta semana lleno de pintadas. Dos paredes del templo catedralicio que se visualizan desde el conocido como callejón de La Mona (calle Valparaíso) han sido ensuciadas con mensajes como ‘putas promesas’ y ‘porrera’, demostrando el incivismo de quienes no saben valorar y no protegen el patrimonio de su ciudad.
Los hechos han reabierto un antiguo debate sobre la “necesidad” de colocar cámaras en la zona para evitar actos vandálicos contra el patrimonio y así poner cara y denunciar a quienes los cometen.
Así lo demandan desde el movimiento vecinal y el propio Cabildo Catedralicio, que protegen el templo y su imagen, sin olvidar la candidatura a Patrimonio de la Humanidad. “Jaén es una ciudad de gamberros, de gente incívica que no sabe cuidar de lo propio. Con estos actos atacan la identidad de la ciudad”, lamenta el presidente de la Asociación de Vecinos ‘Arco del Consuelo-Casco Antiguo’, Antonio Lozano.
La presidenta de la Federación Vecinal ‘Objetivos Comunes’, María Cantos, reconoce que “el comportamiento incívico está poco perseguido” y que la colocación de cámaras de vigilancia evitaría estas situaciones.
El deán de la Catedral, Francisco Juan Martínez, asegura que es “una muestra de incultura, la manifestación de una barbarie con la que se evidencia la poca vergüenza de algunos y un delito contra el patrimonio”. Martínez Rojas incidió en que si existieran cámaras de vigilancia no se producirían pintadas como las aparecidas, que según su opinión “no tienen sentido, pero dañan al principal monumento de la ciudad”, lamentando el poco respeto demostrado.
El concejal de Seguridad Ciudadana, Juan Carlos Ruiz, confirmó a VIVA JAÉN que en esa zona no hay cámaras de vigilancia. Sí hay en el perímetro del Ayuntamiento, independientemente de las que controlan el tráfico rodado entre las calles ‘Carrera de Jesús’ y ‘Campanas’. De momento, no hay un proyecto que contemple la colocación de cámaras para proteger el templo catedralicio.
Veinticuatro horas después de la aparición de las pintadas y antes las sucesivas denuncias en las redes sociales, el Ayuntamiento ordenó a operarios de FCC que las limpiaran, consiguiendo eliminar los mensajes.
Los autores de las pintadas mancharon el principal monumento de la ciudad y con él ensuciaron la imagen del conjunto histórico de la capital, por el que otros muchos ciudadanos luchan.
