Aprompsi realizó el pasado año un total de 2.500 atenciones a familias y prestó asistencia a 188 personas con discapacidad intelectual en unidades de estancias diurnas y otras 51 más en residencias y viviendas para personas con necesidades de apoyo limitado o generalizado.
Del servicio de apoyo a la vida independiente se han beneficiado 97 personas. La presidenta de Aprompsi, Ana Quílez, y el gerente, Antonio González, presentaron estos datos durante la celebración de la asamblea general, en la que Aprompsi rindió cuentas a sus socios, alrededor de 4.300 personas repartidas por toda la provincia. “Hemos hecho nuestro trabajo con muchas dificultades, pero hemos logrado salir adelante”, reconoció Quílez.
Los programas de respiro familiar van creciendo año tras año y en 2017 se beneficiaron un total 116 personas y sus correspondientes familias. También ha crecido considerablemente el número de menores atendidos en los centros de Atención Infantil Temprana, hasta llegar a 256 menores, frente a los 95 de 2015.
Los programas de ocio y deporte han llegado a casi 600 usuarios, una cifra que ha aumentado con el paso de los años. Quílez agradeció la labor de los 156 voluntarios de Aprompsi.
De hecho, se rindió homenaje los hombres y mujeres que imparten talleres de forma voluntaria. Se reconoció a José Ignacio Aguirre, José Casado, Manuel Fernández, Agustín Melero, Encarnación Salazar, Manuel Ojeda, Felicidad Melero y Luis Alcalá. Se les entregó un diploma y una figura realizada en el centro Luis Caro, en Linares. “Sin este apoyo no podríamos hacer muchas de las cosas que hacemos, ni llegar a donde llegamos”, confirmaron.
En lo que respecta al estado de cuentas, han conseguido un saldo positivo de casi 34.000 euros, que “se reinvertirán en proyectos de la asociación que redunden en su fin, como es la plena inclusión de las personas con discapacidad intelectual y la atención a sus familias”.
"Más y mejores servicios"
El Centro Especial de Empleo, en todas sus líneas, cuenta ya con 45 personas con discapacidad intelectual empleadas, que desarrollan su actividad en el servicio de recogida de papel y cartón usado de Jaén capital, en las granjas y matadero de conejos en Mengíbar y Alcalá la Real, así como en los dos bares restaurantes y en el cuidado y mantenimiento de jardines. Quílez recordó que “más allá de la frialdad de números y cifras, hay un intenso trabajo que busca prestar más y mejores servicios y también responder a las necesidades que van surgiendo vinculadas a las personas con discapacidad intelectual.