La nueva normalidad no es la normalidad absoluta que todos ansiamos desde que en marzo de 2020 nos vimos confinados en nuestras casas por mor de una pandemia que se avistó en China, que en España solo iba a afectar a dos o tres personas aisladas y que, veinte meses más tarde, ha dejado millones de muertos en el mundo, decenas de millones de contagiados y en España ha escrito la historia de hastas cinco olas, y se avista una sexta, y de millones de vacunaciones que, sin embargo, no han sido suficientes para acabar con el covid que sigue siendo motivo de primerísima preocupación hasta tal punto que, en los informativos televisivos o radiofónicos o en las portadas de los periódicos, vuelve a ser tema de entrada, cuando hace poco más de un mes parecía ya un asunto residual.
Viene esto a colación porque en Andalucía el aumento de las incidencias y de contagiados, a pesar de que no hay una gran presión hospitalaria, va a provocar que esta semana se reuna de nuevo el Comité de Expertos, cuando se dijo que su misión estaba casi finiquitada, para analizar la situación y estudiar si hay que tomar o no nuevas decisiones restrictivas en la vida de los ciudadanos.
Retorna el eterno debate entre salud y economía, porque el coronavirus sigue presente pero también, como diría uno que yo me sé, la vida tiene que continuar y el dinero se tiene que mover para no colapsar el sistema. Y de esas conclusiones del Comité se estará muy pendiente en Jerez de cara a esa Navidad especial y única que aquí celebramos. Incluso no sé si en esa mesa de análisis Jerez tendrá un punto y aparte, una consideración extraordinaria por aquello de que las zambombas mueven a miles de personas, llenan calles, con la gente con las copas o los vasos en la mano, y los locales cerrados donde, como se está bebiendo o comiendo, las mascarillas o la distancia de seguridad brillarán más por su ausencia que por su presencia y la llegada de personas de toda Andalucía,y fuera de ella, provocará una masa social y callejera que, obviamente, será muy difícil de controlar. Las luces de Málaga o la visita siempre obligada a Sevilla son también temas que estarán sobre la mesa porque, pienso, que la particularidad de estas celebraciones en nuestra ciudad o en la capital costasoleña, aunque esta es otra historia bien diferente, merecen, cuanto menos, que ambas poblaciones estén en el punto de mira y se haga una excepción dentro de la situación global de la comunidad.
