El Flamenco Festival de Nueva York cerró este año su vigésima edición, tras dos años de parón por la pandemia, con una "Gala de Andalucía" en la que la danza fue la gran triunfadora, y las mayores ovaciones fueron para los bailaores de Jerez y Cádiz.
Mercedes Ruiz, que ofreció todo un recital de taconeo, y María Moreno, que encandiló al público principalmente con su mantilla, fueron jaleadas por un público entregado desde el principio, al igual que Eduardo Guerrero, quien puso la nota más "racial" a un espectáculo que no se salió de la ortodoxia.
La jerezana María Terremoto, considerada una de las jóvenes revelaciones del arte jondo, tuvo que batallar durante la actuación con un pinganillo que no paró de darle problemas, aunque se entregó para dar lo mejor de su arte.
A las estrellas principales los acompañaron los cantaores Miguel Rosendo e Ismael de la Rosa, además de los guitarristas Santiago Lara y Javier Ibáñez, y el percusionista Paco Vega.
Todos ellos se turnaron en un sobrio escenario de un fondo monocromo azul y rojo en el New York City Center, un espacio dedicado a la danza por el que ya pasó el pasado viernes Manuel Liñán y su troupe, con un espectáculo en su caso más rompedor de "flamenco queer" que hizo las delicias de un público entregado a la causa.
El público que llenó esta sala cercana al Central Park de inspiración más o menos neomudéjar ("moorish revival" lo llaman en Nueva York) venía con ganas de disfrutar del flamenco y aplaudió todos y cada uno de los palos tocados, entre los que hubo alegrías, tonás, fandangos, tangos y soleás.
La edición 2022 de Flamenco Festival de Nueva York la abrió este año el 7 de abril el popular Miguel Poveda, que con sus mensajes sobre la diversidad racial o sexual y la conciencia ecológica del mundo se pudo meter fácilmente en el bolsillo en la ciudad más políticamente correcta del mundo.
Aunque el Flamenco Festival tiene como centro la ciudad de Nueva York, este año varios de los espectáculos han viajado también a Los Ángeles y a Miami, ciudad esta última donde además la organización del festival, a cargo del histórico Miguel Marín, quien hoy quiso dar las gracias a Nueva York "por tanto amor".
Fuera ya del festival, María Terremoto ofrecerá un concierto más íntimo acompañada únicamente por el guitarrista Santiago Lara en el auditorio del Instituto Cervantes de Nueva York.