La
remodelación integral proyectada para el Mercado Central de Abastos comienza
este lunes con el inicio de los
trabajos de acondicionamiento de la fachada, que prevé tratamientos de limpieza, impermeabilización e hidrofugación. Así lo comunicaron este jueves técnicos de Urbanismo y personal de la empresa adjudicataria a la Asociación de Comerciantes del Mercado de Abastos y Asunico en una reunión en la que se constituyó una mesa técnica de seguimiento de la obra. Con esta comisión, que se reunirá cada 15 días, se pretende evitar “sorpresas” en el desarrollo de una renovación “sin precedentes” que supondrá una
inversión millonaria de 758.336 euros -financiada a través de los fondos europeos de la estrategia Edusi. Si ya de por sí el escenario de cualquier obra de gran envergadura como esta suele ser incierto, las connotaciones en este caso son dobles ante la amenaza de una
nueva huelga del transporte en julio.
“
No queremos sorpresas y queremos que todo esté programado sin problemas. Nos ha tocado vivir un escenario muy difícil y nuestra intención es programar la obra sin problema porque tenemos unos elementos externos importantes, señala el presidente de Asunico, Manuel García, en alusión a los posibles paros, puesto que pueden acarrear un problema gordo porque escaseen materiales”. Ante este dilema, la empresa y comerciantes priorizarán trabajar “sobre seguro” y no meter mano a determinados sectores que requieran intervenciones más aparatosas hasta que no tengan garantizado que hay acopio de material suficiente. “No se va a levantar el suelo de un sector sin que tengamos toda las losas, vamos a ir sobre la marcha”, apunta el presidente del colectivo de vendedores de La Plaza, Juan Ignacio Parada Vargas. En cualquier caso, la adjudicataria y el Ayuntamiento les han dejado claro que tendrán muy presente el cumplimiento de los plazos -
de cuatro a cinco meses- para que en la campaña de navidad “lo gordo” de esta reforma integral esté terminado, al margen de que dejen pendientes “las últimas puntadas”, apunta García, que insiste en dejar claro que la Plaza de Abastos
compatibilizará su actividad con las obras en todo momento y no realojará al más de centenar de vendedores.
De igual manera, con el fin de minimizar las molestias al público, se pretende reservar las intervenciones más complejas, como las previstas en el techo de la Nave del Pescado para el verano e incluso en horario de tarde. A priori, tanto esta última intervención, como la que se ejecutará en la zona de la carne, serán “las más complicadas”. En esta última, la actuación se planteará en tres fases porque está el pasillo de las neveras; en la de la fruta la intervención transcurrirá en dos, aprovechando la zona en la que hay puestos vacíos y en la Nave del Pescado, también en dos fases, dado que aunque no se toque nada de los puestos ni el suelo, se va a cambiar completamente el techo y esos trabajos son incompatibles con la venta al público.
Para ello, durante diez o quince días se trabajará en la parte izquierda, tiempo en el que esos puestos estarán cerrados, para después alternarse con la parte derecha de la nave, de manera que siempre uno de los dos márgenes esté funcionando. Un edificio “moderno” De momento, ya hay cierto movimiento en la zona y en los últimos días se ha instalado la caseta de obra en la calle Parada y Barreto, en la que quedan varios puestos ambulantes que serán reubicados unos metros más abajo, en la zona de la terraza de La Vega tras su cierre. Los trabajos acarrearán una transformación estética que convertirá a la plaza de abastos en un edificio “actual y moderno, más accesible y con mayores comodidades tanto para los usuarios como para los comerciantes”.