A pesar de llevar más de 50 años cantando, José Mercé sigue sufriendo nervios antes de salir al escenario y disfrutando como nadie una vez en él:
"con que el público disfrute la mitad que yo, ya es mucho", dice en una entrevista con EFE.
Este sábado 6 de agosto, José Mercé sabe que le toca disfrutar de forma especial, porque actúa en su tierra, en el Tío Pepe Festival de Jerez de la Frontera. Allí llega con una gira que le está haciendo especialmente feliz, porque
es especialmente terapéutica. La de su último disco, "Oripandó", una obra en la que,
con la ayuda de Antonio Orozco,
relata su vida, incluido su momento más doloroso, la muerte de su hijo Curro con solo 14 años por un mal congénito de corazón, en la canción "Jamás desaparece lo que nunca parte".
"En esta gira siempre digo en broma que en vez de camisetas tenían que vender clínex.
La gente se emociona mucho, veo muchas lágrimas en el tema dedicado a mi hijo. A mí también me cuesta hacerla, a veces me ahogo cantándola. Pero me gusta porque en realidad me estoy desahogando, contando lo que me ha pasado, este disco es una autobiografía mía", dice en una entrevista telefónica con EFE.
José Mercé canta y habla por primera vez en público de este episodio tan doloroso, de la muerte de un hijo que, no obstante, nunca ha dejado de estar con él aunque falleciera hace 28 años. "Siempre antes de salir al escenario le digo 'aquí estamos Curro, vamos para allá' o 'aquí estoy Curro, ayúdame", cuenta el cantaor.
Mercé ya ha presentado este trabajo en lugares como el Teatro de la Maestranza de Sevilla, el Palau de la Música Catalana de Barcelona o el Teatro Real de Madrid, el pasado 10 de julio y dice que está "muy feliz" por la respuesta del público ante "Oripandó". "Ver que la gente responde así a un trabajo que ha costado tanto trabajo es una maravilla", dice el cantaor, que tiene gira por España hasta noviembre y está convencido de que en el 2023 continuará presentando el álbum en "Europa, América del Norte y Latinoamérica".
"Al flamenco lo aman en todos los lados, cuando los flamencos vamos fuera de España se llenan los teatros, es lo más grande, todos los grandes de la música se acercan porque quieren coger algo", asegura. En "Oripandó", que es como en calé se conoce el tránsito desde las tinieblas hasta el amanecer y la salida del sol,
José Mercé ha buscado la colaboración de otros flamencos, como Tomatito y Dorantes, y de otras músicas, en artistas como Pablo López, La Mala Rodríguez o el pianista chino Lang Lang, lo que le han otorgado un sonido "vanguardista".
"Hay que escucharlo mucho, y sacar de donde viene todo. Porque, al final, te das cuenta de que viene todo del flamenco", dice mientras confiesa que siente el respeto de "los puristas", "los flamencohólicos como les llamo yo"