El poeta Alfredo Trujillo revela a EL FARO sus confidencias vitales
Alfredo poeta amigo de voz rajada y versos profundos. En esta entrevista hace un breve recorrido por el trascurrir desde su infancia y hasta nuestros días.
—¿Dónde nació?
—Nací en La Línea y a muy temprana edad emigré a Inglaterra, en los años sesenta, con dieciocho años. Un país del que tengo un gratísimo recuerdo. Allí me casé y nacieron mis dos hijos primeros. Estuve diez años en Londres y luego volví.
—¿Colegios en su infancia?
—Mi vida comenzó de una forma muy dramática porque cuando tenía año y medio se murió mi madre teniendo ella 23 años. En los años de la posguerra los únicos colegios que existían eran los de los maestros de las barriadas, siendo mi primer maestro don Manuel Mejías Espinosa.
—¿Qué recuerda de su niñez en La Línea?
—Soy un nostálgico de aquellos tiempos. Era una vida humilde y sedentaria, cuando los niños jugueteábamos en las calles y éramos como hermanos. Pienso que fui un niño feliz, romántico, soñador y siempre me gustaba observar la naturaleza.
—Cuándo dejó el colegio, ¿dónde trabajó?.
—Terminé el colegio con 14 años y empecé a trabajar en un obrador de confitería en la calle Clavel. Después me fui al ejército con 16 años voluntario, al Batallón de Carros Medios de Combate de La Línea. Y a pesar del trato de aquellos tiempos lo que recuerdo de la mili es bueno, porque mi capitán me trataba como si yo fuera su hijo.
—Una vez licenciado, ¿qué hace?
—Me voy a trabajar a Gibraltar con pasaporte cuando había que ir a Tánger porque los pases eran muy limitados. Estuve tres meses y como mi novia había emigrado con sus padres me marcho yo. Allí trabajé en diferentes empleos principalmente en la hostelería. Comencé de camarero y terminé teniendo mi propio restaurante. Permanecí allí hasta que me vengo a España en el año 1975.
—¿Dónde trabajó aquí?
—Inauguré el restaurante La Jerezana que pertenecía a la empresa Gavira de La Línea. De ahí comienzo a navegar en mis propios recursos y recojo el restaurante del Hotel Universal. Te diré que en el 1977 me afilio al PSOE que aún era un partido marxista. Y me eligen como secretario de formación, cargo que nunca debería ejercer, porque tenía unos principios éticos y morales inamovibles. Me defraudó mucho la política, abandonándola porque la política no es de esa forma.
—¿Qué hizo después?
—Un día llegaron al restaurante donde trabajaba unos amigos que habían estado en Inglaterra conmigo. Venían de haber estado trabajando en un crucero con bandera noruega con capital norteamericano. Y como tenía tanta ilusión de conocer los mundos, les pedí la dirección de la empresa que estaba en Oslo. Me mandaron un contrato de trabajo marchándome a Florida para embarcarme en la Royal Viking Line, estando tres años volviendo a La Línea donde estaba mi mujer con mis dos hijos.
—¿Qué recuerda de esa experiencia?
—Imagínate, ver el planeta tierra con tus ojos. Prácticamente vi todos los países que tienen costas, siendo la experiencia más importante de mi vida.
—¿Como poeta qué piensa sobre la tierra?
—Siempre he pensado como poeta que la tierra como planeta del universo tiene su equilibrio. Y ella nunca daría nacimiento a algo que no pudiera sustentar. Por tanto, el que estamos superpoblados es una opinión política solamente.
—En su poesía, ¿qué temas toca?
—En mi poesía he tocado las catástrofes. Porque pienso que los científicos están llenos de ignorancias, cuando no ven a la tierra como un ser vivo y punzante del universo. Yo, un casi nada que soy un granito de arena en el cosmos, siento, pienso y tengo armas con las que defenderme, imaginemos lo que es un planeta. Cuando el hombre atenta contra la tierra, ella se manifiesta. Y todas estas catástrofes es el lenguaje de la tierra.
—¿Desde cuándo reside en Algeciras?
—Desde el año 2000 y es donde comencé mis primeros pasos en la literatura. Pero antes conocí a Juan Emilio Ríos en Manilva.
—¿Qué es lo que ha publicado hasta la fecha?
—Lo primero que he publicado es un pequeño poemario con veinticuatro poemas, al que he llamado Sentimientos de un poeta. Yo en el análisis del pensamiento hago mis sentimientos y cuando están fijados es cuando escribo.
—¿Qué contienen esos poemas?
—Va reflejado parte de mi sentir y abogo por la igualdad del ser humano, basándome en la supremacía de la naturaleza, por encima de las leyes sociales. Pienso que los hombres nacemos, vivimos y morimos todos por igual y, lo que nos diferencia, son las vergonzosas clases sociales.
—¿Fuentes poéticas?
—Siempre evité leer en exceso a los poetas para no tener reflejos de ellos. La poesía es la expresión honda de la espiritualidad humana. Y a yo poesía no la limito a las reglas de tipo académico como pueden ser la rima y la métrica, pero sí busco la estética y la belleza del lenguaje, porque mi poesía nace de mí corazón. Y cuando escribo un poema lo hago de forma sencilla, para que a través de mi voz llegue a los oyentes.
—¿Vive en poeta?
—Siento, vivo y sueño en poeta. Aunque poeta puede ser cualquiera que pueda exteriorizar la espiritual del alma. ¿Quién es poeta?, es aquel que observa la vida desde las grandes dimensiones de las cosas sencillas del interior del alma.
—¿Se nace poeta?
—No creo que a través de estudios universitarios se pueda ser poeta si no lo eres desde nacimiento.
—¿Por qué a los poetas nos llaman raros?
—Somos raros porque somos personas muy realistas. Hay que ser muy realista con conciencia profunda. Ser conscientes de que naces y no sabes quien te presta la vida y de que te mueres y no sabes quien se lleva tu vida.
—¿Esta política tan antisocial donde lleva a la humanidad?
—Hay una gran manipulación debido a la ignorancia. Hoy los medios de comunicación políticos tienen tantos poderes, que pueden llevar a las masas a conclusiones que no están dentro de ellos. Y la humanidad va por unos derroteros de perdición. Tengo un poema que su primera estrofa dice: “El hombre se encuentra perdido en su propia obra”.