ada vez son menos las casetas familiares que se asientan en el Real de la Feria de Algeciras. Una de ellas es La Botica, que tiene sobre sus espaldas 35 años de historia.
Su actual presidente, Francisco Pérez Escribano, recordó ayer que la entidad “se fundó en el año 1975 por iniciativa de un grupo de amigos que eran médicos y farmacéuticos que se reunían en la rebotica del antiguo Hospital Militar”. Allí “se contaban sus historias y decidieron agruparse para crear una caseta, para disfrutar de la Feria de Algeciras”.
Sin embargo, según su presidente, la caseta “ha ido evolucionando con el paso de los años, al igual que lo ha hecho la Feria y la vida, porque en la actualidad cuesta mucho esfuerzo y trabajo mantener un ambiente familiar en la caseta”.
En la actualidad, a La Botica concurren, todos los días festivos “los 35 asociados, un número muy reducido, porque tampoco hay una demanda de gente que desee hacerse socio”. Quizás “porque mantener una caseta requiere mucho trabajo y un aporte económico y, como al fin y al cabo, en la Feria de Algeciras puedes entrar libremente en las casetas, pues la gente no se plantea hacerse socio de una entidad”. Esta circunstancia “propicia que las casetas familiares tengamos cada vez menos socios y suponga un mayor coste hacer realidad todos los años la caseta”.
Sobre las actividades que La Botica realiza durante los días de Feria, Pérez Escribano destacó “el Viernes de Farolillo, aunque este año estamos un poco enfadados con el alcalde, porque no nos ha dejado disfrutar de esa velada por el horario, cuando precisamente es uno de los días más señalados para las casetas familiares, ya que el resto de las casetas no tienen actividades y tienen un ambiente muy reducido de personas que saban qué es el Viernes de Farolillo y por qué lo celebramos”, puntualizó. El sábado “inauguramos la caseta tras el encendido del alumbrado y el domingo celebramos el Domingo Rociero”. Mientras, el resto de los días festivos “no tenemos otro objetivo que el de reunirnos para almorzar todos los asociados”. Después, “retiramos las mesas para poder disfrutar y bailar” en la caseta.