El Estrecho de Gibraltar es famoso en el mundo por sus cetáceos y la riqueza de sus aves marinas
El Estrecho de Gibraltar, como bien es sabido, es uno de los lugares con mayor biodiversidad de la península ibérica. En nuestras aguas habitan animales tan emblemáticos como el rorcual común o las orcas pero en ellas también destaca la gran cantidad de aves marinas que se pueden avistar en la zona. Entre ellas, resalta por su presencia durante todos los meses del año, la pardela cenicienta (Calonetris diometea).
La pardela cenicienta es un ave marina fácilmente reconocible por su característico vuelo, que suele ser bajo a ras de la mar, de aspecto perezoso pero rápido, con las alas arqueadas hacia abajo.
Por otro lado, es distintiva su serie corta de batidos seguidos por planeos con vientos suaves y en calma, más planeo activo con vientos fuertes, que a veces alcanza alturas considerables con las alas más rectas. Presenta un pico largo y fuerte, amarillo pálido con extremo oscuro. Las partes inferiores son blancas y la superior grisáceas marrones.
Este ave está presente durante todo el año en las aguas del Estrecho de Gibraltar, se pueden diferenciar dos grupos de individuos, por un lado el de entrada a las zonas de cría en el Mediterráneo, realizando la migración prenupcial, entre los meses de febrero y marzo y uno de salida, durante la migración postnupcial a las principales áreas de invernada entre octubre y noviembre. Pero a la vez cabe destacar que hay flujos importantes de aves en julio y agosto que corresponden a nomadeos de aves no reproductoras. Incluso en el siglo XIX se reproducían en Gibraltar.
Las pardelas cenicientas son una especie pelágica, que realiza grandes desplazamientos para buscar su alimento, que recoge en la superficie del agua mientras vuela. Peces pelágicos, cefalópodos y crustáceos son su dieta principal.
Estas aves, durante los censos de cetáceos en el Estrecho de Gibraltar realizados por Circe (Conservación, Información y Estudio de Cetáceos) nos sirven, en ciertas ocasiones, como ayuda para localizar los grupos de cetáceos, ya que a veces se encuentran relacionados, sobretodo cuando ambas especies están alimentándose en la misma zona.
Por lo tanto, es tan importante mirar al mar como mirar al cielo para localizar a los animales y así llevar a cabo los diferentes estudios que la organización lleva a cabo desde 1999 en la zona, donde además de la pardela, encontramos gaviotas, paiños, alcatraces o alcas sobrevolando los cielos del Estrecho.
Cabe destacar que la pardela cenicienta está catalogada como vulnerable en Europa, por lo tanto su estudio y conservación son cruciales para el futuro de esta especie. En general, las aves marinas son especialmente vulnerables a la degradación de los mares, debido a su alta especialización y además son el grupo que es más amenazado a nivel mundial.
Se considera a la pardela cenicienta como un buen indicador del estado de los ecosistemas ya que podría ser específicamente sensible a los cambios ambientales, por lo tanto, su estudio nos permite conocer el estado de otros animales de nuestros mares.
Como curiosidad sobre este ave marina, cabe citar, que antaño, en las islas, sus habitantes recolectaban huevos y pollos para completar la dieta isleña.