Así, la dirección del centro ha decretado un período de cuarentena en dicho módulo y, por tanto, se han puesto en marcha una serie de medidas especiales para evitar posibles contagios. Estas medidas especiales son: prohibición de la entrada y salida de internos del módulo y la obligatoriedad del uso de mascarillas en todo el departamento, suspensión de cualquier tipo de comunicación, suspensión de cualquier salida a dependencias judiciales hasta nueva orden. Pero las medidas no sólo van dirigidas a los internos sino también hacia los funcionarios que prestan allí servicio, los cuales deben haber nacido con posterioridad a 1981, fecha tras la cual se vacuna a toda la población infantil.
Ante esta situación, CSIF quiere de nuevo denunciar las pésimas condiciones de trabajo en las que los funcionarios de prisiones y todos los profesionales del centro realizan sus cometidos, conviviendo a diario con peligrosas enfermedades como tuberculosis, hepatitis, VIH con la sola ayuda de una mascarilla, en el mejor de los casos.
"A lo que añadimos las lamentables condiciones de salubridad en las que se encuentran algunas instalaciones del centro, como por ejemplo las dependencias de los funcionarios de interior, donde habitan roedores y demás insectos, se soportan graves filtraciones de agua por las ventanas año tras año, los vestuarios y las duchas donde el agua corriente sale de color anaranjado y, mientras, se asegura que cumplen con todos los parámetros sanitarios y de calidad, en un centro que este mes de noviembre cumple 10 años".
