Aceras levantadas y prácticamente intransitables que obligan a los vecinos a andar por en medio de la calzada, con el riesgo que ello supone, caídas casi a diario, falta de iluminación y un alumbrado público que está a años luz de las lámparas led con las que cuentan numerosos barrios de Jerez, alcorques en mal estado que se convierten en otra barrera arquitectónica más, árboles sin podar…Este es el día a día de los vecinos de la barriada más antigua de Jerez, la Barriada España.
Precisamente, una placa con la fecha de entrega de la primera casa, en 1936, en plena Guerra Civil, es la imagen que ilustra la foto principal del grupo de Facebook “Vecindad Barriada España” que han creado un grupo de vecinos, que también están en WhatsApp, para organizarse y empezar a moverse a nivel particular. Un foro que crece por día de residentes enfadados por el abandono de este enclave histórico de Jerez.
Los hay mayores, que llevan más de 70 años viviendo allí y nunca lo han visto tan mal, pero también jóvenes, porque este céntrico barrio también se está regenerando pese a los problemas que acumulan desde hace años. “Queremos que nos hagan caso, ver alguna intención, no queremos que la arreglen de una vez, sabemos que no hay presupuesto, pero que de manera progresiva se vayan haciendo cosas”, explican, cansados de que los representantes municipales “solo aparezcan por la zona cuando se acercan las elecciones”.
La falta de actividad de la asociación de vecinos desde hace al menos dos años tampoco ayuda. “Es que no entendemos esta dejadez del Ayuntamiento, y si al menos tuviéramos una asociación de vecinos activa, pero en la asociación nunca hay nadie. Hemos enviado correos electrónicos, hay vecinos que han dejado quejas en el buzón...nadie contesta”, explican. Por ello, les animan a convocar una asamblea y dar paso a una nueva junta directiva para que la asociación vuelva a “funcionar”, se haga eco de los problemas de la barriada y puedan tener un interlocutor que se dirija al Consistorio jerezano para luchar contra la “dejadez” de estos años. Ahora mismo la dan por "desaparecida".
A nivel de infraestructuras están muy castigados, pero la situación de la movida los fines de semana también les trae por la calle de la amargura.
Reclaman más presencia policial y que la barriada deje de ser “un parque de atracciones” para los más jóvenes. La historia se repite cada madrugada los viernes y sábado, cuando llega la hora de ir a un local de copas muy conocido de la zona, -contra el que los vecinos aseguran no tener nada en contra- y los chavales se reúnen para hacer botellón delante de sus viviendas. Hay propietarios que cruzan los dedos para que no quede ningún aparcamiento libre cerca de su casa y esa noche no les toque botellón.
Según cuentan, el revuelo empieza a media noche, pero alcanza su punto álgido entre las cuatro y media y las cinco de la madrugada, cuando cierra el local de ocio.
“Además de los gritos, los hay que tiran las papeletas al suelo, dan patadas a los espejos retrovisores y los tiran al suelo…”. En más de una ocasión han llamado a la Policía, y se ha llegado a personar porque también ha habido peleas, pero los vecinos echan en falta que hagan más rondas de forma permanente para disuadir estas reuniones.
Lo único que ven que ha mejorado estos años es la limpieza, pero el suspenso en mantenimiento, infraestructuras y seguridad prácticamente la eclipsa, como muestran en el vídeo que acompaña a noticia que han realizado los propios vecinos a modo de denuncia.